El Papa rinde homenaje al cardenal Simoni, «mártir viviente» de la dictadura comunista atea

El cardenal Ernest Simoni, quien sufrió alrededor de 28 años de prisión, persecuciones y amenazas de muerte durante el régimen socialista ateo, estuvo presente en la audiencia general en el Aula Pablo VI. El Pontífice le agradeció por «continuar dando testimonio y trabajando incansablemente por la Iglesia».

El sacerdote Ernest Simoni compartió su experiencia con el Papa Francisco durante su visita a Albania el 21 de septiembre de 2014. Durante el encuentro con el clero en Tirana, el Papa se conmovió al escuchar el relato del sacerdote, quien pasó 28 años en prisión y fue perseguido.

Durante una entrevista reciente con El Debate, el Cardenal Simoni mostró una profunda humildad, atribuyendo todo mérito a Jesús y enfatizando con fuerza que no había hecho nada heroico.

Simoni, perteneciente a la archidiócesis de Shkodrë-Pult en Albania, enfrentó 28 años de persecución durante la dictadura socialista de Enver Hoxha. Trabajó en condiciones difíciles en una cantera y una mina, además de dedicar 12 años a la construcción y limpieza de alcantarillas en Scutari, sin renegar de su fe en Cristo, a pesar de la prohibición de prácticas religiosas durante la política de ateísmo impuesta por Hoxha en 1967.

Esta mañana, el cardenal Simoni estuvo presente en la Audiencia General del Miércoles, donde el Papa Francisco, después de la catequesis, lo destacó como un «mártir viviente». El Papa expresó su agradecimiento al cardenal de 95 años por seguir trabajando por la Iglesia sin desanimarse.

Agradecimiento del Papa

«Todos nosotros», afirmó el Pontífice desviándose sin mirar las hojas que tenía en la mano, «hemos leído, hemos escuchado, las historias de los primeros mártires de la Iglesia, muchos. También aquí, donde ahora está el Vaticano, hay un cementerio y muchos fueron ejecutados aquí y enterrados aquí. Cuando se hacen excavaciones, se encuentran estas tumbas».

«Pero también hoy hay muchos mártires en todo el mundo, muchos, quizás más que al principio. Hay muchos perseguidos por la fe».

“Hoy, continuó el Santo Padre, «me permito saludar de manera especial a un mártir viviente», el cardenal Simoni. «Él, como sacerdote y obispo, vivió 28 años en prisión, en la cárcel comunista de Albania, la persecución quizás más cruel, más cruel», dijo el Papa. Hoy, el cardenal albanés «continúa dando testimonio. Y como él, muchos, muchos, muchos».

«Ahora tiene 95 años y sigue trabajando por la Iglesia sin desanimarse. Querido hermano, te agradezco por el testimonio. Gracias», afirmó el Pontífice.

Francisco también recordó la Cuaresma, cuyo mensaje este año se centra en «A través del desierto Dios nos guía a la libertad». Mencionó las difíciles situaciones en Ucrania, Palestina e Israel, y destacó a los mártires actuales y aquellos perseguidos por la fe.

La historia de Simoni incluye su arresto en la noche de Navidad de 1963, al final de la Misa en Barbullush. Lo acusaron de ser un «enemigo del pueblo» también por la Misa de sufragio que celebró por el alma del presidente Kennedy, fallecido un mes antes. Como él mismo contaba, «celebré esa Misa siguiendo las indicaciones dadas por Pablo VI a todos los sacerdotes del mundo». Durante su reclusión, enfrentó amenazas y persecuciones, pero mantuvo su fe, celebrando misas secretas y distribuyendo la comunión clandestinamente. Después de su liberación en 1990, perdonó a sus verdugos, demostrando compasión cristiana.

En diciembre de 2023, el Papa envió un mensaje navideño al Cardenal Simoni, conmemorando el 60° aniversario de su arresto. En 2016, el Papa Francisco lo nombró cardenal, reconociendo así a los mártires y católicos perseguidos durante la dictadura en Albania.

A pesar de su avanzada edad, el cardenal Simoni continúa su ministerio, visitando cárceles y hogares de ancianos. En la entrevista reciente con El Debate, demostró humildad y atribuyó su fortaleza espiritual a Jesús, enfatizando que no considera sus acciones como heroicas. Su mensaje final resalta la resistencia ante la persecución cristiana y la importancia de la oración, la pureza y el servicio a los pobres.