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Santuario de Nuestra Señora de los Dolores de Chandavila (Badajoz)

Santuario de Nuestra Señora de los Dolores de Chandavila (Badajoz)Flickr

El Vaticano reconoce «signos del Espíritu Santo» en el santuario de Chandavila (Badajoz)

La Santa Sede autoriza las peregrinaciones al santuario pacense con el nihil obstat, aunque no reconoce la sobrenaturalidad de la supuesta aparición mariana de 1945

sobre un castaño y ante los atónitos ojos de una niña de 9 años llamada Marcelina, según ella misma contó, se apareció la Virgen María en Extremadura. Concretamente, en las cercanías de La Codosera, Badajoz. Era 1945. La Segunda Guerra Mundial estaba llegando a su fin, mientras España todavía se recuperaba de los estragos de la contienda.

Marcelina Barroso había recibido el encargo de su madre de conseguir un poco de café, un producto típico del contrabando de la época y en su camino a cumplir su misión vio sobre un árbol una figura oscura. Al principio no se fijó demasiado, pero con los días se fue perfilando como la Virgen de los Dolores.

«La experiencia profunda de esta muchacha, más que la visión, fue haber sentido el abrazo y el beso que la Virgen le dio en la frente», escribe el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Víctor Manuel Fernández, en una carta titulada Una luz en España. Con esta misiva se da luz verde a las peregrinaciones al santuario de Nuestra Señora de Chandavila y autorizan al arzobispo de Badajoz a declarar el nihil obstat.

Mosaico de Nuestra Señora de los Dolores, en Chandavila (Badajoz)

Mosaico de Nuestra Señora de los Dolores, en Chandavila (Badajoz)

La carta del prefecto añade que «no hay nada que se pueda objetar a esta hermosa devoción, que presenta la misma sencillez que podemos ver en María de Nazaret, nuestra Santísima Madre», al tiempo que reconocen que son muchos los aspectos positivos que indican una acción del Espíritu Santo en tantos peregrinos que se acercan, «tanto en las conversiones, curaciones y otros signos preciosos en este lugar».

Esta es la primera declaración oficial de la Iglesia, en sus más altas instancias, acerca del Santuario de Chandavila, después de más de 75 años desde que surgió esta devoción en el entorno de La Codosera, a partir de las experiencias espirituales de dos mujeres sencillas, Marcelina Barroso y su amiga Afra Brígido. El Vaticano ensalza a estas dos mujeres, que tras las presuntas visiones, «llevaron una vida discreta y sin estridencias». Se dedicaron a obras de caridad y atendieron a enfermos, ancianos o huérfanos, con lo que transmitieron «a las personas sumidas en el dolor aquel dulce consuelo del amor de la Virgen que ellas habían experimentado».

En una de sus visiones, la Virgen le pidió a Marcelina que caminase de rodillas por un tramo de erizos de castaño secos, espinos y piedras cortantes. Sobre esto, la Santa Sede añade: «No lo hace para provocarle un sufrimiento. Al contrario, le pide confianza ante ese desafío: 'No temas, nada te sucederá'». La Virgen la protegió con su manto. «¿No es una hermosa expresión de la ternura de María?», se pregunta Fernández en la carta.

Esta decisión llega después de que el Vaticano haya aprobado nuevas directrices sobre los fenómenos sobrenaturales. Según estas normas, ante casos como este, «no se declarará que una aparición o un fenómeno relacionado con la religión es sobrenatural» , sino que se dará sólo un «sin objeción». Ese nihil obstat, para que pueda continuar la devoción y las peregrinaciones al lugar.

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