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19 de septiembre de 2024

Basílica de San Pedro, Ciudad del Vaticano

Basílica de San Pedro, Ciudad del VaticanoSFGP

Pisando la historia: el círculo rojo de san Pedro que puede convertirte en emperador

La rota porphyretica, o rueda de la coronación, procede de la antigua basílica constantiniana. A ella estaba vinculado el rito de la coronación, cuando el emperador se arrodillaba para recibir la corona del Pontífice

Muchos visitantes que entran en la majestuosa basílica de San Pedro en el Vaticano no se percatan de un detalle que se encuentra en el pavimento de la nave central, poco después de la entrada. Se trata de un gran disco de pórfido rojo, conocido como la ruota dell'incoronazione o rueda de la coronación. Este disco, de apariencia discreta, es en realidad un vestigio de la antigua basílica Vaticana, que fue mandada construir por el emperador Constantino.

Este lugar cobró fama el 25 de diciembre del año 800, cuando Carlomagno, el rey de los francos, fue coronado emperador romano por el Papa León III. Carlomagno había llegado a Roma en noviembre de 799 para ayudar al Papa, quien se encontraba en una situación difícil tras haber sido atacado por sus adversarios. Con la ayuda de Carlomagno, León III pudo restablecer el orden en la ciudad y, durante la misa de Navidad en la basílica de San Pedro, se llevó a cabo una ceremonia que marcaría un hito en la historia europea.

La antigua basílica de San Pedro fue mandada construir por el emperador Constantino

La antigua basílica de San Pedro fue mandada construir por el emperador Constantino

Emperador de los romanos coronado por Dios

La historia de esta coronación es curiosa no solo por el evento en sí, sino también por el contexto. El Papa León III, que había sufrido numerosas afrentas en Roma, solicitó la ayuda de Carlomagno para restaurar el orden y proteger la Iglesia. La coronación, aunque presentada como una sorpresa, fue en realidad el resultado de una cuidadosa preparación, con figuras influyentes de la corte allanando el camino.

El escritor franco Eginardo, biógrafo de Carlomagno, describió cómo el rey se arrodilló humildemente ante el altar, cuando el Papa León III se acercó por detrás para colocarle la corona de emperador en su cabeza. Aunque Eginardo sugiere que Carlomagno se mostró sorprendido, es probable que el rey ya esperara este acto, ya que su ayuda había sido crucial para el Papa. Desde la caída del Imperio Romano, Carlomagno se convirtió en el primer Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. La ceremonia fue recibida con entusiasmo por los ciudadanos romanos y el clero presente, quienes aclamaron: «¡Vida y victoria al piadosísimo Carlos Augusto, emperador de los romanos coronado por Dios, que nos da la paz!».

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Rueda de la coronación que se encuentra poco después de la entrada a la basílicaAntonietta Bandelloni. Michelangelo Buonarroti è tornato

El pórfido, una piedra valorada por su rareza y belleza, también desempeñó un papel importante en esta narrativa. El cristianismo primitivo reconfiguró el valor de este por su color rojizo, como un símbolo del sacrificio de Cristo y de los mártires. Constantino utilizó este material en diversas construcciones cristianas, incluyendo la basílica de San Pedro y el baptisterio de Letrán, para embellecer y conferir prestigio a los lugares sagrados.

Según explica Javier Domingo, profesor y doctor en Arqueología, el pórfido, en la basílica de San Pedro, adornaba lugares estratégicos: una en el exterior del portal, rodeada por cuatro más pequeñas, y otra detrás del portal para la ceremonia de la coronación. También se usaba en el pavimento frente a la tumba de San Pedro, donde el emperador se situaba durante la unción, y en las escaleras que conducían al coro, debajo de un ciborio sostenido por una columna de pórfido, lugar donde concluía la ceremonia.

Además, el pórfido adornaba los espacios utilizados para ceremonias imperiales en el palacio de Constantinopla. En la basílica de Santa Sofía, una rota de pórfido se encontraba a la derecha del altar, donde se colocaba un trono durante las ceremonias de coronación imperial. El emperador Constantino también erigió columnas de pórfido para embellecer su nueva capital, subrayando así la importancia de este material como símbolo de prestigio en la arquitectura imperial.

Coronación imperial de Carlomagno, por Friedrich Kaulbach, 1861

Coronación imperial de Carlomagno, por Friedrich Kaulbach, 1861Wikimedia Commons

El renacimiento Carolingio

La importancia de este evento va más allá de la ceremonia. Carlomagno, quien había nacido alrededor del 747, no solo fue un líder militar formidable, sino también un gran promotor de la cultura y la educación. Tras su coronación, introdujo reformas clave, como una moneda común, un sistema de pesos y medidas uniformes, y una escritura estandarizada. En su capital, Aquisgrán, construyó edificaciones que aspiraban a rivalizar con las grandes obras de Roma, y reunió a eruditos para promover el aprendizaje y la cultura, dando origen al «Renacimiento Carolingio».

Este renacimiento cultural, que vinculaba el legado de la Antigüedad con la Europa medieval, fue fundamental para preservar y transmitir los conocimientos clásicos. Carlomagno no solo restauró la dignidad del título imperial, sino que también aseguró que las ideas y las tradiciones de la Antigüedad continuaran influyendo en la cultura medieval.

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