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Bajo circunstancias normales, una persona católica se casa en la iglesia de la parroquia en dónde vive

La pareja contrajo matrimonio el 31 de agosto y fue notificada de su despido el 1 de octubre

El Vaticano despide a dos empleados del banco que se casaron sabiendo que incumplían la norma

La abogada Laura Sgró, conocida por su participación en casos relacionados con la Santa Sede, ha impugnado el despido, calificándolo de «nulo e ilegítimo»

Una pareja empleada del Vaticano que contrajo matrimonio el 31 de agosto fue notificada de su despido el 1 de octubre, tras negarse a que uno de ellos renunciara a su puesto, en cumplimiento de una nueva normativa para trabajadores de la Santa Sede. La medida ha generado críticas de sindicatos y expertos en derecho laboral, quienes consideran que es injusta y contraria a principios laborales básicos.

El reglamento fue implementado tres meses después de que la pareja anunciara en febrero su intención de casarse. Según la normativa, «esta causa de pérdida de la elegibilidad para el empleo se considerará superada para uno de los cónyuges si el otro cónyuge deja de ser empleado del Instituto y de las otras administraciones del Estado de la Ciudad del Vaticano dentro de los 30 días siguientes a la celebración del matrimonio». No obstante, ambos han rechazado renunciar, argumentando que la norma es injusta y que no existe un verdadero riesgo de conflicto de intereses.

Los exempleados han recurrido a la abogada Laura Sgró, conocida por su participación en casos relacionados con el Vaticano, quien ha impugnado el despido, calificándolo de «nulo e ilegítimo», y ha argumentado que no hay conflicto de intereses, ya que los empleados «no ocupan cargos ejecutivos ni tienen acceso a información confidencial, y trabajan en áreas separadas».

El Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco Vaticano, ha justificado la decisión argumentando que, con solo 100 empleados y una única sede, es fundamental aplicar la norma para evitar «conflictos de interés». Sin embargo, la Asociación de Trabajadores Laicos del Vaticano (ADLV) ha rechazado esta explicación, tachando la medida de injusta y basada en un reglamento interno que contradice los principios del derecho laboral. La ADLV ha advertido de posibles protestas si no se revisa la situación.

El caso ha cobrado relevancia tras las declaraciones del Papa Francisco el pasado 18 de septiembre, cuando elogió en una audiencia a una pareja de empleados de Radio Vaticana por su próximo matrimonio. Este contraste ha intensificado el debate sobre la normativa del IOR, que muchos consideran desfasada. Se ha propuesto que la pareja sea reubicada en otros departamentos del Vaticano, aunque por el momento no ha habido una respuesta oficial por parte del banco ni de las autoridades vaticanas.

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