¿Qué significa el escudo del Vaticano?

Está presente en objetos cotidianos, como gorras, postales, sellos e incluso joyas, y su diseño evoca siglos de tradición y autoridad espiritual. Dos llaves cruzadas, una dorada y otra plateada, unidas por un cordón y coronadas por la tiara papal, componen este emblema cargado de significado, que representa no solo a la Santa Sede, sino también el legado del cristianismo.

El escudo del Vaticano no fue pensado al azar. Cada uno de los emblemas y símbolos que contiene tiene una razón de ser. Está compuesto por un fondo de color rojo intenso, conocido como gules, sobre el cual se disponen tres elementos esenciales que lo distinguen. En el centro del escudo de la Ciudad del Vaticano se encuentra la tiara papal con una especie de tres niveles.

Estos simbolizan las tres misiones de la Iglesia: militante en la Tierra, sufriente después de la muerte y triunfante en la eternidad. Este elemento también alude a los poderes del Papa como Cabeza de la Iglesia: es «padre de príncipes y reyes, gobernador del mundo y vicario de Cristo».

Con una forma ojival, este tocado plateado cuenta con tres coronas superpuestas y una cruz dorada en su cima. Su diseño ha evolucionado a lo largo de los siglos, pasando de una sola corona a tres en 1314, y variando en detalles como las cintas decoradas con cruces. Aunque su uso en ceremonias fue abandonado por Pablo VI, su representación permanece en el escudo del Vaticano y en tradiciones como la coronación de la estatua de san Pedro cada 29 de junio, fiesta del apóstol.

Las llaves cruzadas del escudo, conocidas como llaves decusadas por su forma en X, tienen una conexión con el Evangelio y con el martirio de uno de los doce apóstoles: Andrés. Según la tradición, representan las llaves del Reino de los Cielos que Jesucristo confió al pescador Pedro, el primer Papa. La llave dorada simboliza la autoridad divina del papado, mientras que la plateada refleja su autoridad espiritual sobre la Tierra.

Ambas están orientadas hacia el cielo, con sus asas mirando hacia abajo, como si estuvieran listas para ser utilizadas por el Papa, considerado el sucesor de Pedro. El hecho de que estén dispuestas en forma de X se debe al martirio de san Andrés, el primer apóstol llamado por Jesús, quien fue crucificado en esa forma. Además, las llaves están unidas por un cordón rojo, simbolizando que ambos poderes, el divino y el terrenal, están vinculados.

¿Y por qué la bandera del Vaticano es amarilla y blanca?

La bandera de la Ciudad del Vaticano, fácilmente identificable por sus franjas verticales de color amarillo y blanco, tiene en el lado blanco el escudo de armas como único elemento distintivo. Este diseño no siempre fue así. Originalmente, los colores oficiales del Vaticano eran amarillo y rojo, los mismos del Senado y Pueblo Romano.

En 1808, durante la ocupación de la Ciudad del Vaticano por el ejército francés, se obligó al Papa a integrar sus tropas en las fuerzas de Napoleón. Dado que tanto la Santa Sede como Roma compartían los mismos colores, el Papa Pío VII ordenó a sus guardias que adoptaran una escarapela amarilla y blanca para distinguirse del ejército napoleónico. Estos colores, que simbolizan el oro y la plata de las llaves de san Pedro, se utilizaron por primera vez en ese año para representar al Vaticano, marcando una clara distinción frente a las tropas napoleónicas y el resto de los romanos.

A partir de ese momento, estos colores se consolidaron como símbolo de lealtad al papado. La primera bandera papal en estos tonos apareció en 1824, aunque entonces los colores estaban dispuestos en diagonal. Más tarde, Pío IX dispuso que se adoptaran las franjas verticales y añadió el escudo papal en 1848.

El diseño actual de la bandera fue oficializado en 1929 con los Pactos de Letrán, que marcaron el reconocimiento del Estado de la Ciudad del Vaticano, y se izó por primera vez el 8 de junio de ese mismo año, un día después de su fundación.