El Papa envía una carta a la Iglesia de Francia con motivo de la reapertura de Notre Dame: «Vosotros sois las piedras vivas»
El mensaje fue leído por el nuncio apostólico en Francia, monseñor Celestino Migliore
En un mensaje dirigido al arzobispo de París, monseñor Laurent Ulrich, leído por el nuncio apostólico en Francia, monseñor Celestino Migliore, el Papa Francisco expresó su alegría por la reapertura de la catedral de Notre-Dame al culto tras el devastador incendio de 2019. Francisco destacó la importancia histórica y espiritual de la icónica iglesia, calificándola como un «testigo secular de la historia nacional» y un «admirable símbolo de fe y arquitectura cristiana».
El Pontífice dedicó palabras de gratitud a todos aquellos que participaron en la restauración del templo. Desde los bomberos que salvaron el monumento en el momento crítico, hasta los artesanos y obreros que trabajaron en su reconstrucción, el Papa subrayó cómo muchos de ellos vivieron esta tarea «como una auténtica experiencia espiritual». Según Francisco, la reconstrucción de Notre-Dame pone de manifiesto el «valor sagrado y simbólico» que el edificio sigue teniendo para creyentes y no creyentes por igual.
Además, el Papa invitó a los católicos de París y de toda Francia a redescubrir su fe al reencontrarse con esta joya espiritual. «Esta casa, que nuestro Padre del Cielo habita, es vuestra; vosotros sois las piedras vivas», afirmó, animando a los fieles a sentirse herederos de una rica tradición de fe y a abrir sus corazones al mensaje de amor divino que la catedral encarna.
Francisco también hizo un llamamiento a la acogida fraterna, recordando que Notre-Dame seguirá siendo un lugar visitado por millones de personas de diversas religiones y culturas. «Que encuentren en sus muros una paz que inspire su búsqueda de sentido y, al alzar la vista hacia sus bóvedas, compartan la invencible esperanza que nos da Cristo», afirmó el Santo Padre.
El mensaje concluyó con la bendición papal para la Iglesia en Francia y todo el pueblo francés, implorando la protección de la Virgen María, «Nuestra Señora de París», como guía y consuelo para todos los que cruzarán de nuevo las puertas de este templo emblemático.