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Los hábitos de vida de Carlos III que no han evitado el cáncer

El monarca descubrió que padecía la enfermedad tras una cirugía para tratar un agrandamiento de próstata

El monarca Carlos III ha sido diagnosticado con cáncer tan solo un año después de subir al trono británico. El tumor, que aseguran haber detectado a tiempo, le fue descubierto a finales de enero cuando fue sometido a un proceso quirúrgico para tratar un agrandamiento de próstata. Aunque podía pensarse que el cáncer fuera de este órgano, la BBC detalló que no se trata de un tumor de próstata sin querer aclarar el tipo de cáncer.

Ante el diagnóstico de cualquier cáncer es inevitable la pregunta ¿se podría haber evitado?

Lo cierto es que el hijo de Isabel II cumplía con casi todos los consejos de los médicos: una correcta alimentación, estar físicamente activo, tener un peso saludable, no fumar y reducir el consumo de alcohol.

Dieta flexitariana

El rey Carlos III lleva una dieta basada principalmente en verduras y frutas de procedencia ecológica, con el consumo de carne y pescado muy limitado. Aunque en su juventud pensó en la dieta vegetariana, finalmente optó por seguir una flexitariana, –vegetariana con ingesta ocasional de carne o pescado–, menos rígida y con sus propias normas. Según han informado medios británicos, el monarca evita la carne y el pescado durante dos días a la semana, absteniéndose de tomar lácteos el tercero.

Según explica la nutricionista Estefanía Ramo, «la dieta flexitariana no acarrea los déficits en nutrientes más comunes que puedan aparecer en una dieta vegetariana clásica, en concreto de vitamina B12, omega 3 y los ácidos grasos eicosapentaenóico y docosahexaeonico; tampoco conlleva a una baja biodisponibilidad de minerales como hierro, zinc y selenio, ya que, al incluir el huevo, los lácteos y el pescado quedan cubiertos todos estos nutrientes».

Lo que nunca incluye en sus comidas son el foie, el café ni el chocolate si bien es un gran aficionado al queso, los huevos, el té y las galletas de mantequilla.

«Después de un desayuno de frutas, nueces, semillas, huevos pasados por agua y una taza de té, el rey no a comer hasta las 5 de la tarde, cuando toma un té que consiste en sándwiches y pastel», informó The Telegraph.

Ejercicio físico

El ejercicio físico ha formado parte del día a día del monarca. Hasta hace unos años en su rutina matutina se incluía un entrenamiento 5BX diseñado para la Fuerza Aérea Canadiense además de jugar de forma habitual al polo hasta que varias caídas le llevaron a dejarlo a los 57 años.

Hoy en día, a sus 75 años, sigue practicando a diario largas caminatas a paso ligero.

Según expertos de la Clínica Mayo, caminar a buen ritmo ayuda a mantener un peso saludable y perder grasa corporal, así como a prevenir o controlar diversas afecciones, como las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, la hipertensión arterial, el cáncer y la diabetes tipo 2.

Tanto la dieta como el ejercicio tienen mucho que aportar para conseguir un peso saludable. En el caso del monarca británico, con su altura de 1,78 tiene como objetivo mantenerse en un peso 72 kilos.

Nada de tabaco

Respecto al tabaco es conocida su lucha contra el hábito de fumar. Hace unos años salió a la luz una discusión con su hijo Guillermo por fumar una media de diez cigarrillos al día.

Poco amigo de los fumadores, el hoy monarca estaba muy preocupado porque temía que Guillermo, por entonces de 20 años, se convirtiera en un adicto al tabaco.

El rey Carlos III tuvo otro quebradero de cabeza en 2002 cuando su otro hijo, el príncipe Enrique, reconoció que había fumado marihuana y se había emborrachado varias veces. Carlos, totalmente impactado por esa revelación, decidió organizar una visita a un centro de rehabilitación para toxicómanos en Londres, con el objetivo de que Enrique aprendiera la lección.

Un martini diario

Dieta saludable, ejercicio, nada de tabaco pero sí un hábito secreto: el rey Carlos III no perdona un martini seco todas las noches antes de cenar y es conocido su gusto por el buen whisky escocés.

Según distintos estudios, el alcohol pueden incrementar significativamente el riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer. Algunos estudios demuestran que tomar tres o más bebidas alcohólicas al día aumenta el riesgo de cánceres de estómago y de páncreas. También existe evidencia de que el consumo de alcohol aumenta el riesgo de cáncer de próstata.