Singer Lolita Flores at photocall for tv show Lola in Madrid on  Wednesday, 27 October 2021.

Lolita FloresJesus Briones

Qué es la tafofobia, el mayor miedo de Lolita Flores

Fue en el programa Late Xou, presentado por Marc Giró, en el que Lolita Flores confesó uno de sus mayores miedos, la tafofobia o temor a ser enterrado vivo. La artista, que acudió al magazine de TVE para conversar sobre la obra teatral Poncia, con la que se encuentra de gira, explicó que es tal la fobia que siente a verse dentro de un ataúd bajo tierra que ha pedido a su hija que la entierren en el mausoleo familiar con un martillo o un móvil para poder avisar si recupera la vida.

Qué es la tafofobia

La psicóloga Sandra Guzmán Bolzman, explica, en un artículo en TopDoctors, que las fobias son un tipo de trastorno de ansiedad en el que una persona experimenta un miedo irracional y desproporcionado hacia un objeto, situación o actividad específica: «Estos temores pueden ser tan intensos que pueden interferir significativamente en la vida diaria de la persona». La tafofobia es el temor a ser enterrado vivo y, al igual que Lolita es uno de los grandes miedos universales de la humanidad que, hasta principios del siglo XX era un temor no infundado, ya que no era tan extraño los casos de personas que, aparentemente muertas, eran enterradas aún con vida.

De hecho, en el siglo XVIII, se construyeron ataúdes de 'seguridad' con cristales para que los familiares comprobaran si había signos de respiración o campanillas que sirviera de avisador al sepultado aún con vida, de ahí la frase «salvado por la campana».

Qué es la catalepsia

La explicación científica de parecer muerto sin estarlo es la catalepsia, un trastorno del sistema nervioso central que se manifiesta como inmovilidad y rigidez postural con pérdida del control voluntario de la musculatura esquelética.

Según explica el Dr. José Luis Cepeda en un documento de la Clínica Universidad de Navarra, la catalepsia cursa con respuesta reducida a estímulos, midriasis, hipoestesia, enlentecimiento de las funciones vitales y alteración variable del estado de conciencia. Esto se traduce en rigidez corporal y palidez, insensibilidad al dolor y lentitud de las funciones corporales como la respiración y el ritmo cardíaco, así como falta de control de la musculatura, lo que puede confundir con muerte real.

Hoy en día, cuando un paciente fallece en un hospital, se realiza un electrocardiograma, prueba definitiva para confirmar la muerte. Además, la normativa española establece que entre el momento del fallecimiento y su entierro deben transcurrir, al menos, 24 horas sin poder exceder las 48, lo que hace más difícil ser enterrado en vida.

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