Las razones por las que ayudar a los demás aporta felicidad
«Es verdad que cada persona es un mundo, pero podemos decir que, la mayoría de las personas siente una satisfacción especial cuando ayuda al otro y se suele traducir en la idea de que ayudar a los demás me ayuda», así lo explica Inés Valderrábano, psicóloga Sanitaria especializada en Trauma y EMDR del Instituto Cláritas quien asegura que esta idea, salvando las excepciones que siempre hay, puede explicarse por distintas razones:
- Se genera en nosotros una sensación de valía y autorrealización: hemos sido útiles para el otro, nos ha necesitado y hemos podido resolver su necesidad. Esto genera una satisfacción en cada persona que cala en la estima en la que nos tenemos. Se refuerza la idea de que somos capaces de ayudar y que valemos.
- La respuesta de gratitud del otro. No tiene por qué ser un «gracias» verbal. Puede ser un gesto o una mirada. Pero a todo el mundo le gusta que le agradezcan su trabajo, porque significa que se ha tenido en cuenta el esfuerzo y dedicación que le hemos puesto. Podríamos decir que es otra gota que llena nuestro vaso de valía.
- En muchas ocasiones, se da también una salida de nuestra zona de confort. Nos enfrentarnos a situaciones que a lo mejor en otra situación no nos hubiésemos atrevido, y esto, sin duda, nos ayuda a crecer. Ampliamos nuestro repertorio de habilidades para enfrentarnos al mundo.
- No podemos olvidarnos que, en la base, somos un animal social (título del libro de Eliot Aronson de psicología Social). Por muchos años de evolución que pasen, no dejamos de serlo y parte de la sociedad se sustenta en la idea de ayudarnos los unos a los otros.
En resumen, cuando ayudamos al otro nos ayudamos a nosotros mismos, desarrollamos habilidades nuevas, aumenta nuestra sensación de valía, refuerza la idea de que nos necesitamos los unos a los otros y esto se suele traducir en un aumento de nuestra autoestima.