Salud
Los trastornos de sueño: un problema habitual que podría potenciar el TDAH en adolescentes
Se estima que las probabilidades de que los niños y jóvenes padezcan esta afección crónica rondan entre un 50 % y un 80 %
La falta de sueño no necesariamente tiene que ceñirse a las ocho horas diarias, como se cree. Basta con no dormir lo suficiente. Según la doctora María José Martínez, coordinadora del grupo de trabajo de cronobiología de la Sociedad Española del Sueño (SES), lo ideal es que tengamos cuatro ciclos completos en una noche de sueño, por lo que los adultos deberían dormir en torno a unas siete o nueve horas diarias.
Si esto no ocurre, la persona experimentaría un déficit de sueño que se podría traducir en somnolencia, dificultad para concentrarse, absentismo laboral, escolar, bajada de rendimiento y una serie de trastornos momentáneos durante los días que dura la baja calidad del sueño.
Esto es lo que ocurre en el caso del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Se estima que las probabilidades de que los niños y jóvenes padezcan esta afección crónica rondan entre un 50 % y un 80 %. Esto se traduce en la necesidad de los adolescentes de ingerir fármacos o recibir pautas de sueño.
Los encargados de realizar el estudio para demostrar y comprobar la certeza han sido los investigadores de la Fundación Jiménez Díaz y de los Hospitales Niño Jesús e Infanta Sofía de Madrid.
Ambas instituciones han ejecutado un estudio a 84 familias con hijos adolescentes en edades comprendidas entre los 12 y 18 años diagnosticados con TDAH (14 años de media) para averiguar hasta qué punto el cronotipo de los menores influía en la sintomatología de este trastorno caracterizado por la desatención, la impulsividad y la hiperactividad.
«Pasamos cuestionarios tanto a los padres como a los adolescentes. Los padres completaron cuestionarios sobre conducta y sueño de sus hijos, mientras que los adolescentes completaron también cuestionarios de conducta y de cronotipo», explica la doctora Elena Martínez Cayuelas, investigadora principal y miembro del grupo de trabajo de Pediatría de la Sociedad Española de Sueño (SES).
La doctora afirma que les sorprendió ver que no existía un predominio claro de ningún cronotipo.
Tres categorías de cronotipos
Tras el estudio se ha descubierto que más de la mitad de los pacientes –un 54 %– poseen un cronotipo intermedio, es decir, los jóvenes analizados no mostraban una preferencia muy clara. El siguiente cronotipo fue el matutino y más frecuente (niños y niñas que están más activos por la mañana), con un 27 %. El último fue el vespertino (niños y niñas que se muestran más activos por la tarde-noche), con un 19 % de casos.
En los adolescentes con tendencia vespertina, las puntuaciones sobre hiperactividad e inatención eran mayores
«Lo más interesante fue encontrar una correlación negativa entre el cronotipo y los rasgos de inatención e hiperactividad. En los adolescentes con tendencia vespertina, las puntuaciones sobre hiperactividad e inatención eran mayores. Es decir, que los chavales que están más despiertos y alerta por la tarde-noche, mostraban más falta de atención y más hiperactividad durante el resto del día», explica Martínez Cayuelas.
La portavoz ha anunciado que los datos obtenidos ayudarán en las consultas a detectar pacientes con TDAH en relación con el sueño: «Al final a todos los pacientes con TDAH les vamos a preguntar por el sueño y nos vamos a preocupar por este tema, dadas las altas cifras de prevalencia de trastornos de sueño, pero estos resultados nos indican que tenemos que prestar especial atención a los chavales con cronotipo vespertino, porque puede ser que esa relación esté potenciando en ellos los síntomas del TDHA», concluye la autora.