Cuándo tengo que preocuparme si siento hormigueo en manos o pies

Sentir hormigueo en pies, manos, piernas o brazos es algo habitual tras una mala postura. En estos casos se sufre de manera momentánea la pérdida de sensibilidad sintiendo la extremidad pesada o como si tuviera 'alfileres'.

En general, según explican expertos de la Universidad de Harvard, el entumecimiento, el hormigueo y otros síntomas llamados parestesia se deben normalmente a una función nerviosa anormal. Y cuando esto es intermitente, temporal y está relacionado con mantener una postura durante mucho tiempo, rara vez es algo de lo que preocuparse. La causa en estos casos es simplemente la presión sobre uno o más nervios que viajan hacia las manos o los pies. Al cambiar de posición el adormecimiento es reemplazado por los pinchazos que se sienten como si de alfileres se tratara, que en realidad es la reanudación de la comunicación entre los nervios y la columna vertebral.

Es en los casos en los que esta parestesia se vuelve crónica cuando se debe prestar mayor atención ya que puede estar causada por una afección subyacente, como la neuropatía periférica que suele ser resultado de lesiones traumáticas, infecciones, problemas metabólicos, causas hereditarias, exposición a toxinas o diabetes.

Neuropatía periférica

Según explican expertos de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) la neuropatía periférica es la inflamación de varios nervios periféricos a la vez. «Su inicio suele ser gradual, con entumecimiento, hormigueo o cosquilleo en los pies o las manos, que puede extenderse hacia arriba hasta las piernas y los brazos. El dolor puede estar presente durante las actividades que no deberían causar dolor, como cuando se está debajo de una manta. Otras veces hay falta de coordinación y caídas, junto con debilidad muscular y sensación de estar usando guantes o calcetines cuando no es así».

Si se tiene sospechas de que algo así pudiera estar pasando los profesionales aconsejan acudir al neurólogo quien valorará al paciente y hará pruebas diagnósticas. Con el adecuado tratamiento, aseguran desde la SEMI, la enfermedad suele evolucionar bien.