¿Cómo responde el cerebro a la apnea del sueño?

La apnea del sueño es un trastorno del sueño potencialmente grave en el que la respiración se detiene y vuelve a comenzar repetidas veces. Según diferentes investigaciones científicas, más de 936 millones de personas en todo el mundo están afectadas por este trastorno y muchas de ellas usan una máquina de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) mientras duermen. Sin embargo, las máquinas tienden a ser caras e incómodas, lo que hace que muchos usuarios dejen de usarlas.

La presión arterial alta suele estar relacionada con la apnea del sueño porque el cerebro trabaja más para regular el flujo sanguíneo y la respiración durante el sueño. Un estudio reciente de la Universidad de Missouri ofrece nuevos conocimientos sobre los mecanismos subyacentes dentro del cerebro que contribuyen a la hipertensión en las personas con apnea del sueño.

Los hallazgos pueden ayudar a allanar el camino para nuevos medicamentos que se dirijan al tronco encefálico para reducir la presión arterial a niveles normales en las personas con apnea del sueño. El estudio se llevó a cabo en el laboratorio de David Kline, profesor de la Facultad de Medicina Veterinaria de Mizzou e investigador del Centro de Investigación Cardiovascular Dalton.

«Cuando los niveles de oxígeno en la sangre bajan durante la apnea del sueño, el prosencéfalo envía señales de advertencia a la zona del tronco encefálico que controla las funciones cardíacas y pulmonares», explicó Kline quien añade: «Al estudiar estas señales, descubrimos que dos neuroquímicos, la oxitocina y la hormona liberadora de corticotropina (CRH), hacen que el tronco encefálico se vuelva hiperactivo. Con el tiempo, esto conduce a la hipertensión».

La hipertensión aumenta el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, complicaciones para el metabolismo y una variedad de otros problemas de salud.

«Las personas que padecen apnea del sueño no solo suelen tener presión arterial alta, sino que también pierden mucho sueño, tienen más problemas cognitivos y de memoria y son más propensas a sufrir lesiones en el trabajo debido a la somnolencia», dijo Kline.

Al ser los primeros en identificar el papel que desempeñan la oxitocina y la CRH en el fortalecimiento y la sobreexcitación de las vías y mecanismos implicados en la apnea del sueño, Kline y sus colegas investigadores esperan allanar el camino para el diseño de mejores enfoques terapéuticos para humanos y animales.

«Nuestro objetivo final es ayudar a los médicos a desarrollar medicamentos específicos para atacar estos neuroquímicos o las proteínas a las que se unen de manera que se reduzca la presión arterial alta», dijo Kline. «Este descubrimiento abre la puerta a futuras investigaciones para bloquear las vías que utilizan estos neuroquímicos, ayudando en última instancia a que la presión arterial vuelva a niveles normales».