Dirección de fastidios
Ebro al norte se podrán «extraer» un centenar de lobos. Mejor dicho, 101 lobos. Si caen 102, los amigos de los lobos, organizarán una manifestación de protesta en la Puerta del Sol contra Ayuso, como respuesta a la falta de compromiso de Ayuso, que no puede permitir la caza del lobo en Somosierra y el Guadarrama
Llega a su oficina el excelentísimo señor Secretario de Estado de Fastidios, Trabas y Prohibiciones. Ha pasado una mala noche soñando con un pulpo que le persiguió hasta la orilla de la playa y cuando ya había pisado la arena, experimentó la desagradable situación de verse rodeado por los ocho brazos del molusco con las peores intenciones. Despertó sudando por la pesadilla. Ordenó a su secretaria que reuniera a los urbanitas responsables de la Pesca en España, todos ellos ecologistas nacidos en el interior. Y les narró su sueño. Decepcionados con el pulpo. La reunión finalizó con la redacción de un comunicado firmado por todos ellos. «A partir de la fecha, y con el fin de no enfadar a los pulpos, queda prohibida su pesca desde Bermeo a Foz, desde Fuengirola a Vinaroz, así como en la totalidad de islas Canarias y Baleares. Cúmplase por orden del señor Secretario General de Fastidios, Trabas y Prohibiciones. Y a los pescadores, que les den morcilla».
Es imprescindible crear un organismo interministerial que se ocupe de fastidiar, trabar y prohibir a capricho de los urbanitas. En Cantabria, después de matar diez mil reses, potros, ovejas y cabras a los ganaderos, y a pesar de las dificultades planteadas por los ecologistas coñazo y los ecologistas sandía —muy verdes por fuera, muy rojos por dentro—, alguien se ha atrevido a opinar que en Cantabria hay muchos lobos, y en Asturias, y en Galicia, Castilla la Alta y Vieja, y Madrid, Segovia, Ávila, Guadalajara, Toledo, llegando hasta Despeñaperros y la sierra de Andújar. Esa importante información, que ha guardado en su cajón de la mesa de despecho el secretario del Secretario de Estado de Fastidios, ya eliminada la ministra de Lobos, la atractiva señora Ribera, ha dado su fruto. Se podrán cazar —extraer dicen, como si fuera una muela—, 41 ejemplares de lobos. No cuarenta o cuarenta y cinco, cuarenta y uno. Porque esa Secretaría de Estado tiene científicos urbanitas muy concisos y equilibrados. Y los ganaderos están algo menos irritados, pero preguntan. ¿Quiénes serán los encargados de cazar los 41 lobos? ¿Hay que solicitar permisos para poder matarlos en pleno ataque a sus ganaderías? ¿Se subastarán entre los cazadores para mejorar los parques nacionales, las reservas y los prados de los ganaderos gracias al dinero de los que acudan a la subasta? Si un lobo invade un jardín y su propietario tiene permiso de armas y el rifle a mano, ¿Puede darle un meneo? Lo mismo sucede en las regiones altas. Pero del Duero abajo, ni 41, ni 21, ni uno. Al que mate un lobo, multa millonaria y a chirona. Del Duero hacia arriba, el lobo que intente comerse a Caperucita Roja, sabe a qué atenerse. Del Duero hacia abajo, si Caperucita Roja se resiste y no se ofrece como manjar al Lobo Feroz, y el Lobo Feroz protesta ante la Secretaría de Estado de Fastidios, Trabas y Prohibiciones, el futuro de Caperucita no es muy diferente al de Ábalos, Koldo, y si suena la flauta, al de Begoña y Aldama.
Ebro al norte se podrán «extraer» un centenar de lobos. Mejor dicho, 101 lobos. Si caen 102, los amigos de los lobos, organizarán una manifestación de protesta en la Puerta del Sol contra Ayuso, como respuesta a la falta de compromiso de Ayuso, que no puede permitir la caza del lobo en Somosierra y el Guadarrama, porque la empapelan. Todas estas confusiones vienen de los despachos de Madrid y las delegaciones del Gobierno que no quieren enterarse de nada, ni enfadar a los ecologistas, ni alterar el ánimo de los podemitas y yolandos, y prefieren seguir perjudicando a los ganaderos, que han dado muestras de una paciencia y serenidad insuperables.
Hasta que pase lo que va a pasar. Con el lobo y con el oso. Pero ya se sabe que prevenir es de fachas, de la derechona.
Cretinos burócratas del Soviet.