Sociedad
Una británica residente en Sidney le gana a Australia una batalla legal por un impuesto 'discriminatorio'
La demandante arguyó que el llamado «impuesto para mochileros» violaba además un tratado entre el país oceánico y el Reino Unido
Una mochilera británica que trabajaba como camarera en Australia ha resultado vencedora en una batalla legal que mantenía con el país oceánico en torno a un impuesto que consideraba discriminatorio y que gravaba a extranjeros residentes en la isla en mayor cuantía que a los autóctonos.
La sentencia, emitida este miércoles, ha fallado a favor de Catherine Addy, quien en 2019 interpuso una demanda ante el tribunal federal contra el llamado «impuesto para mochileros», un gravamen aprobado en 2016 que cobraba a los turistas trabajadores un 15 % sobre los primeros 37.000 dólares que ganan al año, lo que en números reales equivale a 1.500 más que lo que tributan los australianos.
En su impugnación, Addy arguyó que este impuesto resultaba «discriminatorio» y violaba, además, un tratado firmado entre Australia y el Reino Unido. Tras ganar la demanda en primera instancia, el tribunal revocó la decisión un año después. Finalmente, un recurso de la británica ante el Tribunal Superior ha concluido con un fallo a favor de la demandante, y supondrá que la Oficina de Impuestos de Australia tendrá que pagar los impuestos atrasados recaudados de hasta 75.000 mochileros que trabajaron en el país, el cual tiene acuerdos similares con Chile, Finlandia, Japón, Noruega, Turquía, Alemania e Israel.
En la sentencia, los jueces del tribunal superior admitieron por unanimidad la apelación de la mochilera y reconocieron que se le habían cobrado «impuestos más gravosos» debido a su nacionalidad. «Cuando se compara la posición de la Sra. Addy con la de un ciudadano australiano, esa es la única conclusión que se puede sacar. Hizo el mismo tipo de trabajo y obtuvo la misma cantidad de ingresos de la misma fuente; sin embargo, se requería que un ciudadano australiano pagara menos impuestos», reza el fallo, en el que los jueces matizan que la decisión es «solo relevante» para los turistas «residentes en Australia a efectos fiscales» y de uno de los ocho países con tratados fiscales similares.
«Esta decisión no cambiará las tasas impositivas para la mayoría de los turistas que trabajan en vacaciones», concluyen.