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Tonga

Momento de la erupción del volcán en Tonga

Sociedad

Tonga tardará al menos un mes en restablecer sus comunicaciones

El reino polinesio declara un «desastre sin precedentes» tras la erupción volcánica y posterior tsunami originado en la isla de Hunga Tonga

El archipiélago oceánico de Tonga permanecerá al menos cuatro semanas más incomunicado con el exterior después de que la erupción volcánica del pasado sábado cortara el cable que provee al reino polinesio de conexiones telefónicas e internet, según informó este miércoles la Alta Comisión de Nueva Zelanda en Tonga.

Las compañías encargadas de este cable submarino, enlazado con la vecina Fiyi, por el que transcurren las comunicaciones desde y hacia la nación insular creen que la línea se rompió a unos 35 kilómetros de las costas el fin de semana durante el embate del tsunami provocado por una gigantesca erupción. «La compañía de cable SubCom informa que tardará al menos cuatro semanas en reparar la conexión en Tonga», apuntaron las autoridades neozelandesas.

Tras días de incertidumbre, el Gobierno de Tonga describió este martes como «un desastre sin precedentes» las consecuencias del volcán y el tsunami que mantiene al reino polinesio incomunicado. En una actualización sobre la situación, Nueva Zelanda indicó que hoy se ha logrado establecer un sistema provisional de telefonía móvil con conexión 2G, aunque con una capacidad «limitada e irregular».

En este sentido, las autoridades locales también han logrado restablecer parte del sistema eléctrico y se encuentran valorando los daños causados por el desastre natural. De esta forma, se espera que hoy terminen los trabajos de limpieza de la pista de aterrizaje del aeropuerto ubicado en la principal isla del país para permitir el viernes la llegada de aviones C-130 Hércules con ayuda humanitaria, procedentes de Nueva Zelanda y Australia.

Dos barcos neozelandeses y uno australiano zarparon ya con destino a Tonga, a donde llegarán «como pronto el viernes», con suministros de emergencia, principalmente agua potable, material médico y generadores de energía.

La llegada de ayuda humanitaria tendrá que ceñirse a los estrictos protocolos implementados contra la pandemia de la COVID-19 en Tonga, que solo ha detectado un caso en su territorio y que ha vacunado con la pauta completa al 60 % de su población. Por el momento, cuatro personas, dos de ellas en Perú, han perdido la vida tras este «desastre sin precedentes» que golpeó el sábado el archipiélago, conformado por 169 islas y con 105.000 habitantes, cuando la violenta erupción de un volcán submarino provocó un tsunami con olas de hasta 15 metros de altura. 

Además, las autoridades anunciaron la evacuación de 150 personas de las islas próximas de Mango y Fonoifua a otras menos afectadas. Todas las casas menos dos quedaron arrasadas en ambos lugares tras el tsunami.

Desastre ecológico en Perú

Mientras tanto, y a casi 10.000 kilómetros de distancia, los estragos lejanos del tsunami causaron conmoción en Perú, uno de los países más afectados por el fenómeno. Pedro Spadaro, alcalde de la ciudad de Ventanilla, tildó un derrame de petróleo en las costas de la ciudad a consecuencia del maremoto como un «desastre de proporciones» y lamentó lo que considera un «atentado contra la ecología».

Las playas de Ventanilla se han visto afectadas desde este sábado por un derrame de petróleo producido durante el proceso de descarga del buque 'Mare Dorium' a la mencionada refinería. Las autoridades han vinculado este incidente al fuerte oleaje producido en aguas del Pacífico sur tras la erupción del volcán.

«Hemos tenido evidencias de que hay cuatro kilómetros de mar absolutamente negro. Hay animales muertos que vuelven a las orillas. Este es un atentado contra la ecología. Esto se está escapando de las manos», aseveró el dirigente local a la emisora RPP.

Asimismo, ha criticado a Repsol, empresa encargada de la refinería La Pampilla, por disponer de un escaso equipo de quince personas para limpiar la zona. «Vinieron quince personas, con escobas y recogedores para tratar de limpiar la playa. Se han ido a almorzar y nuevamente el mar se ha encargado de ensuciar esa parte que se había limpiado», ha dicho.

El alcalde ha manifestado que el contingente de Repsol no ha logrado contener el vertido de crudo. «Ha pasado de ser un pequeño derrame a ser un desastre de proporciones», ha manifestado.

En este sentido, Spadaro ha criticado que «de manera irresponsable no se comunicó nada ni a la municipalidad ni a la autoridad policial», y ha vinculado el derrame de petróleo a la empresa encargada de La Pampilla en lo que ha considerado que es «un grave daño» a la naturaleza.

Finalmente, el alcalde ha instado al ministro de Ambiente de Perú, Rubén Ramírez, a que evalúe la posibilidad de aprobar una declaratoria de emergencia ambiental en la zona.

Por su parte, la Defensoría del Pueblo de Perú ha anunciado este lunes que pondrá en marcha una investigación contra la Marina de Guerra del país por no alertar sobre las condiciones del mar en las costas, lo que, además del vertido de petróleo en Ventanilla, también ha provocado la muerte de dos personas por el las fuertes mareas.

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