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Cercanías del antiguo pueblo de Aceredo, en el embalse de Lindoso, cuyas edificaciones quedaron anegadas el 8 de enero de 1992 y han vuelto a emerger

Cercanías del antiguo pueblo de Aceredo, en el embalse de Lindoso, cuyas edificaciones quedaron anegadas el 8 de enero de 1992 y han vuelto a emergerEFE

Clima

La sequía no solo se debe a la falta de lluvia: el vaciado de pantanos impacta de lleno en el peor momento

El pasado verano, algunas eléctricas procedieron al vaciado de los embalses para hacer frente a la gran crisis de energía que asolaba a España

Durante la gran crisis energética del pasado verano, las eléctricas vaciaron los embalses del centro y del norte de la Península para hacerla frente. Ahora, la ausencia de precipitaciones este invierno se está encargando de hacer lo propio con los del sur.

España se seca. Pero esta situación no solo depende de que la lluvia parece haberse olvidado de hacer acto de presencia durante las últimas semanas. Con los pantanos por debajo de la mitad de su capacidad (44,3 % según los datos del Ministerio de Transición Ecológica de este martes), algunos echan la vista atrás y recuerdan la controvertida práctica de algunas empresas hace seis meses.

El polémico vaciado

Durante los meses del pasado año en los que el precio de la energía alcanzo picos muy altos, las eléctricas procedieron a vaciar los embalses para aprovechar al máximo la generación de energía hidroeléctrica. Cuanto más barata sea este tipo de energía al momento de producirla, más cara se puede vender la luz en el mercado.

El caso más paradigmático quizás fuera el del embalse de Ricobayo, en la provincia de Zamora, que es uno de los ocho de mayor capacidad de todo el país y que llegó a quedarse al 10 % de su capacidad, ofreciendo una imagen más propia de otras latitudes.

La concesión del pantano pertenece a Iberdrola, que con su decisión provocó consecuencias en los negocios de la zona y puso en pie a los alcaldes y vecinos de los municipios colindantes.

La eléctrica aludió a que Ricobayo cumplía la función para el que fue creado en un momento necesario, «producir energía para el suministro de la demanda». Una explicación que no convenció ni a asociaciones ecologistas ni a afectados.

El pantano zamorano no fue el único. En época estival, las eléctricas Naturgy e Iberdrola vaciaron bruscamente los embalses gallegos de Cenza, As Portas, Belesar y Salas, provocando que en pocas semanas el nivel del agua bajara en más del 70 % y llevando a la Xunta y a la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil a multarlas.

Estado de alarma... la del campo

Así, pasaron los meses y la tradicional y esperada lluvia del invierno no ha llegado. La sequía ha hecho acto de presencia y ha puesto en una situación límite al campo español.

El dato actual de los embalses peninsulares significa una capacidad 18 puntos menor que a la misma altura del año pasado.

Según el MITECO, actualmente la reserva hídrica es de 24.882 hectómetros cúbicos.

Los embalses almacenan actualmente 24.882 hectómetros cúbicos (hm³) de agua, disminuyendo en la última semana en 160 hectómetros cúbicos (el 0,3 % de la capacidad total actual de los embalses).

La cuenca del Guadiana, de Guadalete-Barbate, Guadalquivir o el Segura son las que sufren un nivel más alarmante.

El sector agrario español se encuentra en jaque al padecer el segundo peor comienzo del año hidrológico en lo que va de siglo XXI.

Por si fuera poco, la falta de agua provocará una indudable subida de los costes de producción.

Las regiones de la mitad sur de España, junto a algunas zonas de Castilla y León, Cataluña y la Comunidad Valenciana, son las más afectadas, sobre todo en los cereales, las leguminosas, los hortofrutícolas y los pastos para la ganadería, y si la sequía persiste también sufrirán el almendro, el olivar y el viñedo.

El regadío también se ve afectado, con embalses bajo mínimos como los de la cuenca del Guadiana (al 30,5 % de su capacidad), y los del Guadalquivir (28,5 %), y en ambos ya hay restricciones al uso industrial del agua.

El Gobierno central asegura que tomará las medidas que sean necesarias, al tiempo que promueve el regadío sostenible con eficiencia energética y el uso de aguas reutilizadas o regenerada.

Los cereales, las leguminosas, las hortofrutícolas y el ajo están en peligro en Andalucía y Castilla-La Mancha, a lo que hay que añadir la inquietud en Extremadura por el arroz, donde también se presenta «muy complicada y con restricciones» la campaña de riego, han asegurado desde la Junta, con la Confederación Hidrográfica del Guadiana limitando el uso del agua.

La Niña, posible causa de la sequía

La Niña, el fenómeno natural que propicia un enfriamiento anómalo del Pacífico oriental cercano a la costa sudamericana, podría estar detrás de la grave sequía que afecta a países como España y Marruecos y estados del oeste de Estados Unidos y, de momento, se podría alargar hasta bien entrada la primavera.

Las sequías que se dan de forma simultánea en el mismo hemisferio pueden estar relacionadas entre sí por efecto de La Niña, y cuando esto sucede, está documentado que suele haber una serie de impactos a nivel global que afectan a la circulación atmosférica, favoreciendo patrones estacionarios climáticos en diferentes lugares de La Tierra.

En el caso concreto de la Península Ibérica, y tras varios meses sin apenas lluvias, se puede empezar a pensar que La Niña es la que provoca este patrón tan seco y persistente.
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