Los lamentos de todas las víctimas de Igualdad: «Es un trabajo muy chapucero»

Hablan las víctimas de Igualdad. Según trascendían los escándalos, las aludidas manifestaban su estupor en público. A todas les costaba encajar que el Gobierno de España, a través del Ministerio de Igualdad, estuviera detrás de tamaña chapuza.

La modelo británica Nyome Nicholas fue de las primeras en hablar. Si bien entendió que el cartel representaba una buena idea, criticó su mala ejecución: «Mi imagen está siendo utilizada por el Gobierno español en una campaña, ¡pero no me han avisado o preguntado! ¡Podrían al menos etiquetarme!», dijo.

Mucho más explícita fue su compatriota Sian Green-Lord, que denunció el uso de su imagen sin su consentimiento pero sin duda, lo que más le molestó fue la manipulación de su cuerpo. «No sé como explicar la cantidad de rabia que siento ahora mismo. Uno de mis amigos me acaba de informar que el Gobierno español ha utilizado mi cuerpo, pero ha eliminado mi prótesis. Una cosa es utilizar mi cuerpo sin mi permiso. Otra, editar mi cuerpo», señaló la joven, que usa una pierna ortopédica desde el año 2013, cuando un taxi la atropelló en Nueva York.

El relato de otra mujer es escalofriante, por la frivolidad con la que la ilustradora contratada por el ministerio de Irene Montero han actuado con ella. Se trata de la escritora y florista inglesa Juliet FitzPatrick, que incluso habló hace algún tiempo para Vogue de su experiencia con el cáncer de mama y de la mastectomía que sufrió en ambos pechos.

«Al principio pensé definitivamente que no. Pero ahora creo que la cara podría ser la mía, aunque no mi cuerpo. Este es un trabajo muy chapucero, quien quiera que lo haya hecho».

El robo de la tipografía

La tipografía principal del cartel de 'El verano también es nuestro' no puede quejarse, pero también se llevó lo suyo Arte Mapache, la artista contratada, aseguró que ella cobró por el encargo 4.990 euros. Por lo que se ve, en esa cantidad no le daba para la licencia del tipo de letra que utilizó, por lo que decidió hacerse con ella.

Tras destaparse el pastel, la creadora reconoció el uso ilegítimo de ese tipo de letra y aseguró que su intención ahora «era repartir los beneficios que se derivan de este trabajo a partes iguales entre las protagonistas del cartel» y «comprar la licencia».

A la que sí le gustó el resultado final fue a la propia Irene Montero, que una vez tuvo el trabajo en sus manos acudió a promocionarlo en su Twitter: «Todos los cuerpos son válidos y tenemos derecho a disfrutar de la vida como somos, sin culpa ni vergüenza. ¡El verano es para todas!», dijo.

Sin embargo, las disculpas dejó que se emitieran en el perfil del Instituto de las Mujeres, dependiente de su departamento. «En relación al cartel El verano también es nuestro queremos aclarar que en ningún momento tuvimos conocimiento de que eran modelos reales. Estamos resolviendo con la autora y vamos a contactar con las modelos para resolver esta cuestión. Pedimos disculpas por el daño ocasionado»