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Los ingresos de menores por problemas de salud mental se disparan un 40 %

La pandemia ha afectado negativamente a la mente de niños y adolescentes, muchos de ellos con trastornos de la conducta alimentaria

En marzo de 2023 hará tres años del primer confinamiento a nivel nacional por la pandemia de coronavirus. Una situación que perjudicó a muchas personas. Tanto, que los ingresos por salud mental infantil incrementaron un 40 % respecto a las fechas anteriores a la COVID-19. De esta cifra, el 25 % fue por trastornos de conducta alimentaria, una cifra muy elevada y que preocupa a los sanitarios.

Hace unos días el Col.legi de Metges de Barcelona y la entidad terapéutica Amalgama 7 organizaron una jornada sobre los riesgos de la salud mental en los adolescentes tras la covid donde varios especialistas apuntaron que la crisis del coronavirus ha ayudado a dar la prioridad que se merece la salud mental y priorizarla. Por ello, recordaron que es importante «actuar y poner recursos de atención suficientes».

Aumento en trastornos alimentarios

La pandemia ha afectado a los trastornos, según los expertos, por dos principales motivos. El primero tiene que ver con el rango de población, que coincide con el más joven, y después, porque no se han llevado a cabo seguimientos. Esto ha hecho que muchos casos se descompensaran y no se hayan podido atender con la premura necesaria.

«Los jóvenes han perdido la rutina y eso es fundamental en sus vidas. También han perdido la relación con sus padres, que también es muy importante a esa edad. La pandemia ha motivado que estén más expuestos a las redes sociales y en estos medios de comunicación la exposición de los cuerpos y las vidas aparentemente siempre felices les hace compararse y les crea inseguridad», explica la jefa de la Unidad de TCA del Hospital Clínico San Carlos, Marina Díaz Marsá.

Entre la adolescencia y la edad adulta, los TCA afectan con más frecuencia a las mujeres. No obstante, cada vez hay un mayor porcentaje de hombres que lo padecen. A este respecto, según la última Encuesta Europea de Salud en España, el 2,1 % de la población mayor de 18 años y el 7,9 % de los y las menores de 15 a 17 años tiene peso insuficiente.

«El confinamiento por la pandemia también contribuyó a la obsesión por el peso, el ejercicio y tener una buena forma corporal. Las tablas de ejercicio rodaban por todas las televisiones, mandaban vídeos por WhatsApp», recuerda.

El problema de hornear

Otra de los grandes entretenimientos que tuvieron los españoles fue el de elaborar recetas de cocina. Para la experta en la psicología, esto también tuvo repercusión en los trastornos alimentarios: «Las recetas durante la primera ola del coronavirus eran constantes, todo el mundo cocinaba. Esto provocó que los adolescentes recurriesen al descontrol de la comida para paliar su malestar de incertidumbre».

En la pandemia la mayor parte de las personas comenzaron a elaborar recetas y a hacer ejercicio en casa siguiendo alguna tabla online, esta situación hizo que las personas que neurobiológicamente son vulnerables se convirtieran en personas con problemas alimentarios. «Se han juntado factores externos, la incertidumbre, la mayor exposición a redes sociales, el enfoque en recetas, las tablas de ejercicio... todo esto en personas vulnerables biológicamente ha hecho que se duplique el número de trastornos por conducta alimentaria», aclara la jefa de TCA del Hospital Clínico San Carlos.

Dar visibilidad a la salud mental

La salud mental de los menores de 15 años es la que más preocupa a los expertos, ya que los suicidios han aumentado hasta llegar al 100 %. «Hemos pasado de siete a 14, y todavía España sigue sin tener un protocolo nacional sobre suicidios», explicaba Fernando Miralles, profesor de psicología de la Universidad CEU San Pablo.

«Esto, si lo queremos ver con respecto al resto de fallecimientos no naturales, vemos que por cada homicidio habrá cada 13,6 y por la violencia de género 89,9. Cada 90 suicidios hay una mujer que muere por violencia», explica el profesor.

Desde el año 2002 la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja que se dé visibilidad a la salud mental y al suicidio. Buscan que se trate el tema con naturalidad y normalidad.

La importancia del apoyo familiar

«Es importante analizar el ambiente familiar en el que un adolescente se desarrolla. Deben sentirse queridos y escuchados, que sepan que tienen a sus padres ahí para todo. Los padres no son capaces de detectar los suicidios porque no generan un ambiente de encuentro o de confianza para que su hijo le cuenta lo que está sucediendo», explica la psicóloga de la UFV.

Además, sobre las terapias que imparte, Elena indica que «hablando con padres de adolescentes que se han querido suicidar te explican que los niños estaban tristes y daban por hecho que era lo normal en esa edad. Pero la realidad es que los padres no somos conscientes del vacío por el que puede estar pasando en ese momento. Un adolescente no quiere morir, quiere dejar de sufrir».

Por otra parte, el profesor del CEU comenta el incremento de visitas a terapia: «Igual que una persona va al traumatólogo, va al psicólogo. Cada vez, parece, que somos más conscientes».

Todas las adicciones menos una bajaron

También los jóvenes que sufren adicción a las redes son susceptibles de caer en depresión.

Según el Estudio de Redes Sociales 2021 de IAB Spain, más del 11 % de los jóvenes que abusan de las redes sociales ponen en peligro su salud mental y presentan cuadros de baja autoestima, búsqueda constante de perfeccionismo, falta de contacto con la realidad y aislamiento social que puede generar ansiedad y depresión.

Gabriela Paoli, psicóloga experta en redes sociales del Centro de Psicología Gabriela Paoli, explica que «los adolescentes y los jóvenes son sin duda los más vulnerables. Están buscando y consolidando su identidad, creando su imagen y su personalidad», y asegura que «las redes sociales son plataformas virtuales desde la cual sociabilizar, expresarse y compartir. Esto en cerebros inmaduros puede llevar a que estos referentes se vuelvan poco saludables y tóxicos para sus consumidores llevándolos a la búsqueda de la perfección».

Para abordar las adicciones en los jóvenes, el Instituto Brain 360 plantea la estimulación cerebral no invasiva, en combinación con la intervención psicológica.

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