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Se activarán 1.300 nuevos dispositivos

Se activarán 1.300 nuevos dispositivosEFE

Igualdad presenta su proyecto contra la violencia: pulseras GPS que no han demostrado su eficacia

El departamento dirigido por Montero calcula que a lo largo de 2023 se activarán alrededor de 1.300 brazaletes

El pasado 11 de enero, la ministra de Igualdad, Irene Montero, afirmó que no hay «una sola medida que pueda ser una varita mágica y que puedan evitar todos los asesinatos porque la violencia machista es estructural». A pesar de estas palabras a la Cadena Ser, Igualdad ha comunicado que tiene presupuestados «fondos suficientes» para aumentar un 40 % las pulseras GPS contra la violencia machista.

Los dispositivos de seguimiento telemático de agresores, «uno de los instrumentos más efectivos para frenar las agresiones» son brazaletes de pequeñas dimensiones que emiten una señal de radiofrecuencia que portan tanto la mujer como el investigado.

El departamento dirigido por Montero calcula que a lo largo de 2023 se activarán alrededor de 1.300 pulseras GPS que se sumarán a las 3.000 que, según el Ministerio, ya hay por las calles desde 2022, teniendo mayor relevancia en Andalucía, Murcia, Navarra, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana.

En condiciones óptimas las pulseras GPS deben mandar una alerta a la policía cuando el agresor se encuentra en el radio vetado por el juez o a menos de 500 metros de su víctima.

En 2008 estas pulseras ganaron una relevancia entre la sociedad. A pesar del dinero que invirtió el Gobierno de Zapatero, una mujer fue asesinada en Pontevedra por su marido. La pulsera había fallado.

Dudas en su eficacia

Aunque a priori este dispositivo parece efectivo en el cumplimiento de las órdenes de alejamiento impuestas por un juez, la realidad va mucho más allá. «Dan bastantes problemas. La alerta salta cuando se queda sin batería, la pulsera o si tienen cualquier otro problema. Para la víctima es un sinvivir; así como una revictimización, ya que tiene que estar todo el tiempo con ese dispositivo encima», explicó la abogada Ana García Costas, al Faro de Vigo.

A pesar de los anuncios de Igualdad, la pulsera GPS no es la medida más habitual para frenar la violencia, puesto que los magistrados prefieren imponer otro tipo de medidas.

Otro de los problemas que conlleva la pulsera, es la intencionalidad a la hora de quebrantar la orden. Antes de avisar a la policía, el centro encargado de recibir la alerta llama al varón, el cual la mayor parte de las veces testifica no haberse dado cuenta de la distancia.

A pesar del «esfuerzo» por disminuir el número de mujeres asesinadas en España, la realidad otra. Desde que Irene Montero está en el Ministerio de Igualdad se ha duplicado el número feminicidios.

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