Suecia y Reino Unido frenan las políticas trans mientras España avala su polémica ley
El Senado ignora los controvertidos casos de los países europeos y sigue adelante con la norma
El pasado miércoles, la ley trans fue respaldada por una amplia mayoría del Senado, con 144 votos a favor, 108 en contra y dos abstenciones. Una polémica norma que desató discrepancias incluso dentro de la propia coalición de Gobierno, ya que las feministas históricas, entre las que se encuentra la exvicepresidenta Carmen Calvo, se opusieron frontalmente a su aprobación. De hecho, la política se saltó la disciplina de voto del PSOE en el Congreso y se abstuvo.
Este aval desde la Cámara Alta a una de las leyes bandera del Ministerio de Igualdad, que dirige Irene Montero, llega después de que dos países europeos hayan echado el freno frente a las políticas trans. Se trata de Suecia y Reino Unido. Ambos se han impuesto a la ideología y han llamado a la «prudencia».
Tensión entre Londres y Edimburgo
En el caso de Reino Unido, la polémica ha causado poco menos que una crisis constitucional. Escocia aprobó en su parlamento de Holyrood una nueva ley que rebaja de 18 a 16 años el derecho a optar a un cambio de género. Asimismo, elimina el requisito de presentar un informe médico que avale una disforia de género para poder acudir al registro.
Esto ha provocado que el gobierno británico, encabezado por Rishi Sunak, haya tenido que vetar la norma «tras una consideración minuciosa y cuidadosa de todos los consejos relevantes y las implicaciones políticas», según explicó Alister Jack, secretario de Estado para Escocia. De esta forma, el ejecutivo conservador ha impedido que el proyecto de ley en Escocia sea finalmente ratificado.
Pero el debate social sobre la autodeterminación de género no acaba aquí, y es que el Reino Unido se ha visto envuelto en otro escándalo. Se trata del caso de Adam Graham que, tras violar a dos mujeres, se cambió de nombre –ahora se llama Isla Bryson– e inició una transición para, según su propio entorno, engañar a las autoridades y cumplir su condena en una cárcel femenina.
Ante esta situación, la propia ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon –impulsora de la ley trans escocesa mencionada con anterioridad– tuvo que salir a confirmar que el reo vivirá los próximos años recluido en una prisión de hombres: «No es de recibo tener a un violador de mujeres en una prisión femenina», recalcó la nacionalista escocesa.
De vuelta en España, el popular Jaime de los Santos recordó el pasado miércoles en el Senado que se ha cerrado la única clínica pública de transición en Londres y que hay «hasta mil casos de personas trans que dicen que sus vidas son infinitamente peores» . «¿Estos mil y pico ciudadanos ingleses son peligrosos tránsfobos o sencillamente víctimas de una ley como ésta que no tuvo la reflexión necesaria?», reflexionó De los Santos.
Suecia suspende tratamientos hormonales
El caso de Suecia es bastante llamativo. Fue el primer país en reconocer la identidad trans, pero en los últimos meses ha decidido rectificar y ha suspendido los tratamientos hormonales a menores de edad. Esto se debe a que, según las autoridades del país, estas terapias han causado déficit de atención, autismo o problemas de alimentación, entre otros desórdenes.
Thomas Linden, responsable de la autoridad sanitaria sueca, reconoce que «el incierto estado de conocimiento en la materia incita a la prudencia». Los datos ofrecidos por los médicos indican que los casos de disforia de género han ido aumentando, hasta contar con cerca de 8.900 casos entre los años 1998 y 2021.
Lo que también llamó la atención de los suecos es que, en los últimos tiempos, la tendencia habitual se había revertido y ahora son más las mujeres que transicionan para ser hombres, lo que ha llevado a las autoridades a restringir la práctica de mastectomías en adolescentes, la operación para extirparse los pechos.