Submarino perdido Titanic Sebastian Harris, la persona más joven en explorar los restos del Titanic, detalla el terror que vivió
El viaje de 12 horas, que pudo acabar en tragedia, le valió un récord Guinness debido a su corta edad
Un empresario canceló su viaje en Titan por parecerle un sumergible «chapucero»
Los restos hundidos del Titanic volvieron a acaparar titulares hace unas semanas cuando se perdió el contacto con un sumergible en el que viajaban cinco personas. Días incansables de búsqueda que terminaron con un desenlace terrible: la Guardia Costera de Estados Unidos anunciaba que se habían encontrado restos del sumergible Titan y que se daba por muertos a sus ocupantes.
La tragedia del Titan de la compañía OceanGate ha puesto sobre la mesa la importancia de cumplir con todas las medidas de seguridad cuando se realizan experiencias extremas de este tipo.
Sebastian Harris, la persona más joven en bajar a ver el Titanic, ha narrado cómo fue el viaje de doce horas que hizo en 2005. Cuando tenía 13 años, acompañó a su padre y a un explorador ruso a las profundidades del Atlántico.
«Durante nuestra inmersión, tuvimos un pequeño problema de seguridad. De repente, nuestros niveles de oxígeno comenzaron a caer y me quedé inconsciente», relata Harris quien ostenta un récord Guinness por su proeza.
Por suerte, ni el padre de Harris ni el piloto experimentaron el mismo percance. De lo contrario, «podría haber sido fatal», puntualiza. Harris agrega: «Teníamos un 17 % de oxígeno [en el sumergible]. Entonces, ¿qué sucede? Te quedas inconsciente».
El padre de Harris se dio cuenta de lo que le estaba pasando y reaccionó rápido: subió el nivel de oxígeno y su hijo volvió en sí. Sin embargo, son cosas que «pueden ocurrir y ocurren con regularidad, por lo que la certificación y la seguridad de estos vehículos es muy importante», recalca Harris en alusión a los graves agujeros de seguridad que presentaba Titan.
Bien es cierto, que en la Mir –la embarcación rusa en la que bajó Sebastian Harris– era presumiblemente más segura que el Titan de OceanGate. Para empezar tenían más de 500 inmersiones, no era un sumergible experimental como el Titan, tenían escotilla, dispositivos de rastreo... «El Mir tenía una escotilla en la parte superior por si se necesitaba abrir en la superficie y había tiempo suficiente para que salgan dos o tres personas», explica Harris.