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Muchos de los animales que se regalan con la impulsividad de la Navidad son abandonados al poco tiempoFreepik

El 30 % de los perros y gatos que se regalan por Reyes se abandonan al poco tiempo

En el 2022 se recogieron en España más de 285.000 mascotas de la calle, la mayoría dejados a la intemperie durante las vacaciones de verano

La Navidad y, especialmente, el día de Reyes, son días en los que la emoción y la ilusión, especialmente la de los más pequeños, son las protagonistas. Tanto es así que aprovechamos la excusa para hacer aquellos regalos más costosos o especiales, presentes que no haríamos en cualquier otra ocasión. Entre los más comunes se encuentran los animales, algo peligroso, ya que muchas familias cambian rápido de opinión y deciden deshacerse de ellos al poco tiempo.

Cada año después de las fiestas, las protectoras experimentan un pico de abandonos que supone una preocupación importante para los voluntarios que trabajan en esos centros. Merece la pena, por tanto, tener en cuenta el bienestar de los propios animales, que como recuerdan desde Nubika, «no son cosas, sino seres vivos que sienten».

Según datos de la Fundación Affinity, en 2022 se recogieron en España más de 285.000 perros y gatos de la calle. Muchos de los animales que se regalan con la impulsividad de la Navidad son abandonados al poco tiempo, especialmente en la época de verano, cuando con las vacaciones, muchas familias dejan su hogar habitual y contemplan como única opción el abandono de su animal ante la imposibilidad de poder hacerse cargo de él durante esos días o semanas.

Por todo ello, aunque regalar un animal puede parecer una buena y bonita opción, hay muchas circunstancias que se deben meditar con calma antes de tomar la decisión. Desde Nubiko, escuela formativa especializada en el sector del cuidado y atención animal, ofrecen tres razones por las que regalar un animal no siempre es la mejor opción:

1. Compromiso. Los animales son una responsabilidad a largo plazo que requieren de tiempo, atención, cuidado y recursos económicos. Si no le puedes garantizar unas mínimas condiciones de bienestar y calidad de vida, como se las garantizarías a cualquier otro miembro de la familia, no puedes tener un animal. Nuestros compañeros tienen una serie de necesidades (alimentarias, médicas, ocio…) que se han de cumplir sí o sí.

2. Incompatibilidad. Las personas tenemos estilos de vida muy diferentes: trabajo, viajes, ocio… Regalar un animal sin tener en cuenta si su cuidado va a ser compatible con el estilo de vida de la otra persona, no solo supondrá un problema para el nuevo miembro de la familia. Su dueño se puede ver obligado a tener que cambiar su estilo de vida y, por el motivo que sea, no querer o no poder.

3. ¿Y si la persona sorprendida no quiere un animal? No todo el mundo está preparado para asumir la responsabilidad y los cuidados de un animal. Ni siquiera todo el mundo tiene que querer asumirla. Si te hace ilusión regalar un perro o un gato, debes haberlo discutido con esa persona y advertirla. Este tipo de sorpresas no siempre son gratas.

Consejos si decides regalar un animal

Laura Barreal, project manager de Nubika, escuela de formación veterinaria especializada, insiste en pensar mucho y tener en cuenta que un animal no es un juguete antes de tomar una decisión: «No hay que dejarse llevar por la emoción. Hacerse cargo de un animal de compañía conlleva unas responsabilidades y hay que estar 100 % seguro de que se estará comprometido con su cuidado y bienestar».

No hay que olvidar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 70 % de los perros del mundo no tienen un hogar. La demanda de animales crece considerablemente antes de las Navidades porque muchas personas optan por ellos a la hora de regalar. Este hecho provoca que el 30 % de los compañeros regalados terminen en la calle pasadas las fiestas, según la Asociación Animalista Libera y la Fundación Franz Weber.

«En el caso de aquellas personas que lo hayan meditado bien y quieran seguir adelante con la incorporación de este nuevo miembro a la familia, lo ideal es apostar por la adopción. Pero tengamos en cuenta que es un gran cambio tanto para el animal como para sus cuidadores. Es fundamental ser paciente durante todo el proceso de adaptación y brindar al animal el tiempo necesario para acomodarse a su nuevo hogar y rutina», aclara Barreal.

Además, desde el equipo de Nubika, animan a dar una segunda oportunidad a aquellos animales a los que la vida ha tratado mal. Muchas protectoras brindan atención veterinaria garantizada al adoptar a sus residentes. Adoptar es una decisión ética que contribuye a la conciencia pública sobre el bienestar animal, ayuda a desbloquear la situación de muchos refugios desbordados y promueve prácticas responsables.

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