Carmen Fúnez: «Los católicos tenemos que dar testimonio allí donde tenemos responsabilidades»

«El Evangelio y la Iglesia no se puede reducir a un partido político. Y aquellos que lo intentan, le hacen un flaco favor tanto a los partidos como a la propia Iglesia. La cuestión es dar testimonio de lo que creemos, en los ámbitos donde los católicos tenemos responsabilidad, también en política». Así se ha expresado la diputada por Ciudad Real y vicesecretaria de organización del Partido Popular, Carmen Fúnez, durante su intervención en el homenaje al histórico dirigente popular Eugenio Nasarre. Un acto que ha reunido en la Universidad CEU San Pablo a buena parte de la cúpula del PP, entre los que se encontraban Alberto Núñez Feijoo, Mariano Rajoy, Esperanza Aguirre y Sandra Moneo, y en el que Fúnez ha destacado «la capacidad de liderazgo» desde la sombra que ejerció Nasarre, «fruto de su fe y de su compromiso de servicio público».

Fúnez no ha dudado en reconocer que «en los estatutos del Partido Popular, aún se hace referencia al humanismo cristiano», aunque hoy «se mantiene a duras penas». Una visión política que pervive «en buena medida gracias a Eugenio Nasarre», ha explicado.

Los cinco puntos de un político católico

Además, la vicesecretaria de organización del PP ha ensalzado el «liderazgo discreto» de Nasarre, de quien ha desvelado que «en los últimos meses nos ayudó mucho a vertebrar las diferentes movilizaciones y manifestaciones que el Partido Popular ha organizado para defender una nación de españoles libres e iguales, y de cuyo éxito él fue uno de los grandes artífices de una manera muy discreta pero muy concienzuda».

Siguiendo el propio testimonio de «coherencia llena de humildad» de Nasarre, Carmen Fúnez ha matizado cuáles son los cinco puntos que debería cumplir un católico en la política: «Primero, la búsqueda activa de la verdad, porque hablar es muy fácil pero obrar es más complejo; segundo, evitar la demagogia y las excentricidades, sin tomar decisiones que por muy populares que sean no son justas; tercero, que el fin no justifica los medios, algo que en la situación política que estamos viviendo cobra más valor; cuarto, establecer prioridades, porque el bien común está por encima de los intereses personales; y por último, fomentar la educación para que las personas puedan ejercer la libertad con responsabilidad». «Esto va de servir a los demás, no de tener un acta de diputado o senador», ha concluido”.

Aceptar compromisos públicos

Además de la fidelidad personal a las propias convicciones, una de las características más relevantes que debería tener un católico implicado en política es la capacidad de asumir compromisos públicos. Algo en lo que Eugenio Nasarre destacaba, como ha apuntado Carmen Fernández de la Cigoña, Secretaria General de la Asociación Católica de Propagandistas -de la que él fue miembro desde hacía casi 40 años-.

«Lo que hoy nos reclaman los tiempos –ha señalado Fernández De la Cigoña– es defender públicamente lo que a Eugenio tanto preocupaba: el papel de la familia, la transformación de la sociedad y la presencia del católico en la vida pública». Y hacerlo «con la libertad de los hijos de Dios, que nos da seguridad y tesón para hacer presente el desarrollo de la fe en todos los ámbitos de la vida, de una manera natural, si un mal entendido pudor, y sin estridencias», ha concluido.