Nuevo varapalo a la megaciudad 'The Line', que se queda sin inversores
Hace solo unas semanas se conocía que las expectativas de la megaciudad 'The Line' que se está construyendo en Arabia Saudí habían descendido. En un principio, el proyecto faraónico impulsado por el príncipe heredero, Mohamed bin Salmán, iba a alojar a 1,5 millones de personas, unas cifras que ya han tenido que descender hasta los 300.000 para el año 2030.
Esto se debe fundamentalmente a que la finalización de las obras, que estaban pensadas en 2030, no entrarán en plazo, ya que para esa fecha solo podrán haberse completado 2,4 kilómetros de los 170 que tiene la ciudad.
La rebaja de la euforia inicial ha provocado también una fuga de inversores, y es que según el Wall Street Journal, la cotización de 'The Line' ha caído un 75 % hasta situarse en los 15.000 millones de dólares. Por ello, los bancos ponen trabas a Neom, la empresa constructora, para concederles préstamos, por lo que la megaciudad se está financiando casi exclusivamente gracias a las inyecciones de capital de su propietario, el fondo soberano de Arabia Saudí dirigido por su príncipe heredero.
Por este motivo, la empresa ha convidado a cientos de banqueros a Arabia Saudí para poder encontrar nuevas vías de financiación, según explican desde Bloomberg. Con este viaje, su director ejecutivo, Nadhmi Al-Nasr, será el anfitrión y el indicado de mostrar a los invitados los avances en las obras de 'The Line' para que vean el «avance real» y no dependan de los vídeos en realidad virtual que están colgado en su página web.
Con ello esperan estimular el interés de los inversores, algo que ya han intentado en varias ocasiones con reuniones en países como China, Estados Unidos, Corea del Sur o Francia. En el viaje, el centenar de banqueros asistirá a un recorrido por el puerto deportivo oculto de 'The Line' y también ofrecerán recorridos por Sindalah y Oxagon, una ciudad portuaria flotante dentro del megaproyecto urbano de Neom.
Este evento multitudinario continúa el que comenzó a principios de mes, cuando el reino invitó a representantes de más de 100 empresas de construcción para que contemplasen los avances en las obras de 'The Line', que ya emplean a 140.000 trabajadores, según un comunicado de la constructora.
Presentes bancos de España
En su página web, Neom explica que el evento atrajo a representantes de 24 bancos e instituciones financieras internacionales, incluidos los de España, Alemania, Francia, Inglaterra, Estados Unidos, China, Japón y Corea del Sur; 13 bancos regionales de Qatar, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos; y 15 instituciones financieras de Arabia Saudí.
En la nota se especifica que una parte clave del programa se dedicó a visitar 'The Line', «donde los dignatarios observaron el avance rápido de la construcción de la fase uno y obtuvieron una comprensión profunda del diseño visionario del proyecto».
Al-Nasr recalcó que Neom es un proyecto «audaz y ambicioso» que ofrece «oportunidades comerciales sólidas y continuas para organizaciones globales, incluidas las instituciones financieras» y justificó la invitación de bancos mundiales para «discutir vías de comunicación»: «Neom está abierto a los negocios y damos la bienvenida a todas las partes interesadas», comentó.
Críticas de expertos en urbanismo
La ingeniosa idea de 'The Line' no cuenta con el respaldo de expertos en urbanismo, tal y como se desprende de un estudio publicado en la revista NPJ Urban Sustainability, del grupo editorial Nature. Rafael Prieto-Curiel y Dániel Kondor, investigadores del Complexity Science Hub, en Viena (Austria), han analizado el proyecto y expuesto sus conclusiones, entre las que destaca que empezar, «una construcción lineal es la peor manera de diseñar una ciudad».
La promesa del príncipe heredero de construir una ciudad sin emisiones de CO2 y con acceso a pie a todos los servicios será «imposible» según el estudio, ya que la densidad de población sería de 265.000 personas por kilómetro cuadrado, diez veces más que la de la isla de Manhattan. Los expertos lo ejemplifican así: si cogemos a dos personas al azar que residan en 'The Line' se encontrarían a un promedio de 57 kilómetros la una de la otra, por lo que tan solo el 1,2 por ciento de sus habitantes estarían a una distancia de un kilómetro.
En cuanto al hipotético tren de alta velocidad, los autores consideran que, para que todo el mundo esté a una distancia corta de una estación debería haber «al menos 86», por lo que los trenes no podrían alcanzar una velocidad alta y los trayectos serían interminables, de unos 60 minutos de promedio para el 47 % de la población.
Por todo ello, Prieto-Curiel y Kondor creen que la urbe debería tener forma de círculo en vez de línea, ya que de esta forma la distancia entre dos personas sería de tan solo 2,9 kilómetros, por lo que podrían desplazarse caminando o en bicicleta. Prieto-Curiel destaca que el modelo escogido se debe a la creación de vídeos atractivos o a la propia marca, pero subraya que es importante «comprender las consecuencias, especialmente si 'The Line' se trata como un escaparate de tecnologías modernas de construcción y urbanismo».