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19 de septiembre de 2024

Audiencia Provincial de León

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Un tribunal esgrime la «cultura gitana» para atenuar una pena por violación a una niña

De las agresiones nacieron dos niños y una niña, con la víctima dando a luz a los 12, 13 y 15 años y siendo el atacante siete años mayor que la víctima

La Audiencia Provincial de León ha reducido la condena por agresión sexual continuada a un hombre que dejó embarazada tres veces a una menor entre los 12 y los 15 años, considerando como atenuante que en la «cultura gitana las uniones de pareja se producen a edades muy tempranas».

Según la sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, el hombre ha sido condenado a ocho años de prisión por el delito de agresión sexual continuada contra una menor que era su pareja. A pesar de conocer la edad de la víctima, el agresor mantuvo relaciones sexuales con penetración vaginal en al menos tres ocasiones, con el objetivo de satisfacer su apetito sexual ilícito.

De estas agresiones nacieron dos niños y una niña, con la víctima dando a luz a los 12, 13 y 15 años. El agresor era siete años mayor que la víctima.

El tribunal argumenta que, aunque existe una diferencia significativa de edad entre la víctima y el procesado, no debe olvidarse que en la cultura gitana las uniones de pareja se producen a edades muy tempranas. La víctima declaró que, pese a su corta edad, entendía lo que eran las relaciones sexuales y sus consecuencias, y consintió dichas relaciones sabiendo su trascendencia e importancia, pues en su cultura es común que niñas de su edad comiencen a emparejarse y tener hijos.

La sentencia aclara que, aunque los hechos enjuiciados tienen responsabilidad penal por su gravedad, se aplica una circunstancia atenuante cualificada debido a la «menor antijuricidad del hecho». El tribunal interpreta el artículo del Código Penal que considera el «libre consentimiento» de menores de 16 años cuando el autor es una persona próxima al menor por edad y grado de desarrollo o madurez física y psicológica.

El tribunal también cita una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, que refuerza la idea de que una cultura compartida entre la menor y el agresor implica cierta proximidad en términos de desarrollo o madurez física y psicológica.

En este caso, fue la Fiscalía quien solicitó la atenuante, y ninguna de las partes presentó alegaciones en contra. Inicialmente, se pedía para el acusado una condena de 37 años por tres delitos de agresión sexual, uno de violencia de género en su modalidad de maltrato físico y otro de maltrato habitual. Sin embargo, el hombre aceptó los hechos y se llegó a un acuerdo entre las partes, reduciendo la petición de cárcel a 8 años y 9 meses por un delito de agresión sexual continuada.

En su escrito final, el fiscal también mencionó que ambos eran de etnia gitana, una cultura en la que son habituales matrimonios antes de cumplir la mayoría de edad, para justificar la reducción de la pena.

Igualdad considera vergonzosa la sentencia

La directora general de Igualdad de Trato y No Discriminación y contra el Racismo del Ministerio de Igualdad, Beatriz Micaela Carrillo, ha calificado de «absoluta vergüenza» la sentencia.

«La sentencia es una absoluta vergüenza. Y mucho más aludir a una supuesta costumbre inexistente para atenuar la pena. El Código Penal no excluye el amparo y la protección a los menores gitanos, de lo contrario se estaría defendiendo que abusar, agredir o violar a las niñas gitanas tiene pocas consecuencias legales», ha escrito Carrillo en X.

La directora general de Igualdad de Trato ha recordado que el Código Penal establece en 16 años la edad para poder prestar un «consentimiento voluntario, consciente y maduro». «La ley no puede hacer excepciones con las niñas gitanas y ampararse en ese consentimiento infantil para reducir de esa manera la pena a un violador. (...) En este disparate se le añade otra barbaridad más: la visión antigitana al declarar que violar a una niña con 11 años (sic) tras dejarla tres veces embarazada es algo normal entre gitanos», ha concluido.

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