Ozempic se suma otro punto como mejor fármaco: podría servir como terapia para algunas enfermedades renales
Los investigadores asignaron aleatoriamente a pacientes con diabetes tipo 2 y enfermedad renal crónica un tratamiento subcutáneo con semaglutida a una dosis de 1 miligramo semanal
Que Ozempic y Wegoby son los fármacos estrella, ya se sabe. Pero que cada vez le descubren nuevas propiedades cuesta crecérselo. Sin embargo, un nuevo ensayo clínico lo ha confirmado. Y es que estos dos fármacos creados para tratar la diabetes tipo 2, además de ayudar adelgazar a todo aquel que lo consume, se ha descubierto que ayuda a las personas con enfermedades renales crónicas.
Estos dos fármacos se venden con receta para tratar la diabetes. Son tan beneficiosos por la semaglutida, un ingrediente activo que ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre. Esto evita las complicaciones asociadas a esta enfermedad, como son la presión arterial alta o las enfermedades cardíacas o afecciones cardiovasculares. Sin embargo, estos medicamentos no se han hecho famosos por su eficacia para tratar esta afección, sino porque entre sus efectos secundarios se encuentra la pérdida de peso.
La investigación, presentada en un congreso de la Asociación Renal Europea en Estocolmo el viernes y publicada simultáneamente en The New England Journal of Medicine, afirma que la semaglutida redujo el riesgo de resultados renales clínicamente importantes y de muerte por causas cardiovasculares en pacientes con diabetes tipo 2 y enfermedad renal crónica.
Para el estudio, los investigadores asignaron aleatoriamente a pacientes con diabetes tipo 2 y enfermedad renal crónica un tratamiento subcutáneo con semaglutida a una dosis de 1 miligramo semanal. Otros, recibieron placebo. En el resultado primario se fijaron en las personas con enfermedad renal grave. Cuando analizaron las pruebas, vieron que los que habían recibido el medicamento presentaron una reducción de al menos el 50 % en la tasa de filtración glomerular estimada (TFGe) con respecto al valor inicial, o muerte por causas renales o cardiovasculares.
Entre los 3.533 participantes que se sometieron a la prueba (1.767 en el grupo de semaglutida y 1.766 en el grupo de placebo), en una media de 3,4 años, hallaron unos resultados claros. El riesgo de un evento de resultado primario fue un 24 % menor en el grupo de semaglutida que en el grupo de placebo. Es decir, las personas que recibieron semaglutida tenían muchas menos probabilidades de morir por problemas cardiovasculares y tenían tasas más lentas de deterioro renal.
Aún es pronto para saber si esto funcionaría para este tipo de pacientes, pero lo que sí se sabe es que el estudio financiado por la farmacéutica creadora de los dos medicamentos, Novo Nordisk, podría abrir una vez más la puerta hacia nuevas terapias para mejorar la vida de pacientes crónicos.