La Habitación de Uriel: morir y nacer al día siguiente
«Cuando Uriel murió en la semana 39 de embarazo me di cuenta de que la muerte perinatal sigue siendo un tabú»
Virginia del Río perdió a su hijo y, tras ello, consiguió ponerse en pie y fue recorriendo un largo camino hasta superar el duelo
Perder a un hijo es una experiencia muy dura. Sin embargo, hay mujeres que han pasado por ello. Uno de los casos es el de la periodista Virginia del Río, una mamá que tuvo que despedirse de su hijo Uriel en la semana 39 de embarazo. Dolió, pero con mucha constancia y sabiendo que tenía que pasar por un doloroso duelo, consiguió ponerse en pie y fue recorriendo un largo camino hasta volver a vivir de nuevo, algo que le parecía impensable cuando recibió la terrible noticia de que el corazón de su bebé había dejado de latir dentro de ella.
La autora de @tengounaestrella y del cuento infantil ¿De qué barriga nací yo?, ha recorrido un largo camino. De hecho, ahora ayuda a mujeres a pasar lo que ella misma experimentó hace seis años. Lo hace mediante la escritura. Cuando se vio preparada, escribió La habitación de Uriel, un libro editado por Carambuco Narrativas, donde explica la experiencia de perder a su hijo justo antes de nacer, algo que le parecía impensable cuando recibió la terrible noticia de que el corazón de su bebé había dejado de latir dentro de ella.
El libro se presentará el próximo 31 de mayo a las 18:30 horas, La habitación de Uriel se presentará en Madrid en el espacio Bastardo, en plaza Barceló.
–Muchas veces nos olvidamos de preguntar lo más importante. ¿Cómo estás a día de hoy, Virginia?
–Estoy bien. Me considero una persona razonablemente feliz y mi felicidad tiene mucho que ver con la serenidad. Todo esto es algo que para mí era impensable el 23 de enero de 2018.
Yo nunca creí en ese momento que pudiera volver a vivir. Pero con mucho trabajo personal y recorriendo un camino de duelo muy duro lo he conseguido.
–Viviste algo muy duro: ¿Por qué decidiste escribir el libro? ¿Cómo fue el proceso de escritura? ¿Te costó contarlo?
–Cuando mi hijo murió me di cuenta de que la muerte perinatal es un tema tabú todavía. Tras esto, decidí que tenía que hacer algo para colaborar en que se diese más visibilidad al duelo perinatal.
Para ello empecé a escribir en el blog de @tengounaestrella y en las redes. Lo cree para darle voz a las familias, para demostrar que esto sucede y para que empezaran a cambiar un poco las cosas. Algo que ya se está consiguiendo. El libro ha llegado como una evolución natural de todo lo que yo he vivido en estos seis años que hace que murió mi hijo.
Hace mucho tiempo que me decían: ¿Por qué no escribes un libro y cuentas tu historia? Yo no lo veía. Sin embargo, me puse manos a la obra el día que me di cuenta de que yo ya estaba preparada para dar esperanza.
El libro no podía ser solo un relato de un hecho traumático, tenía que ir un poco más allá y tenía que ser algo que ayudase a otras personas. Eso solamente lo he podido hacer en el momento en el que yo ya estaba preparada para dar esperanza. Cuando comencé a escribirlo ya había vuelto a vivir. El libro es mi gran historia de amor. Es un manual de supervivencia.
–Como has comentado, la muerte perinatal continúa siendo un tabú, pese a que cada año mueren en el mundo dos millones de niños antes de nacer, ¿qué habría que hacer?
–Es necesario que no se oculten estas muertes. Cuando uno esconde las cosas, al final es como si no existieran. Y para mí es muy llamativo y probablemente fue el germen de todo lo que ha venido después.
Que me dijesen que mi hijo había muerto dentro de mí y que en ese momento yo no conociera a nadie a quien le hubiese pasado, teniendo en cuenta que soy periodista y que conozco a muchísima gente, me afectó de dos maneras. Primero, porque creí que era algo que solamente me había pasado a mí, con lo cual caí directamente en el pozo de la superstición. Luego me llevó a darme cuenta de que no solamente me pasaba a mí, sino que el problema está en que no se habla nada de esto.
El único consejo que le puedo dar es que no huya del dolor que produce esta situación
En el momento en el que yo creé @tengounaestrella, la bandeja de mis redes sociales se comenzó a colapsar de mujeres contándome su historia. Fue alucinante. Creo que es algo que hacía falta. Es necesario hablar de las cosas aunque duela. Ayuda a sanar y ayuda a reconocer que eso existe.
Hablamos de la muerte, del duelo perinatal. Términos que yo jamás había escuchado y que no sabía que iba a manejarme tanto con ellos en la vida. A pesar de ello, lo importante para que algo no se convierta en tabú es darle luz, darle visibilidad. En este caso es fundamental hablar de lo que sucede y del dolor que produce, porque es muy grande, un duelo muy complicado y un cambio de vida radical que hay que asumir.
–En el libro muestras emociones, fortaleza, debilidades, ¿qué le dirías tú a una mujer que está pasando ahora mismo por este duelo?
–A una mujer que está pasando ahora mismo por la terrible experiencia de haber perdido a su hijo, le diría antes que nada que lo siento muchísimo, que entiendo muy bien su dolor. El único consejo que le puedo dar es que no huya del dolor que produce esta situación. Para poder sanar y para poder vivir de nuevo hay que atravesar ese dolor. Esa es la única certeza que tengo porque lo he vivido antes.
El camino es duro, es oscuro, es frío, es escarpado, pero una vez que tú llegas al otro lado y haces un duelo bien elaborado, puedes sanar y volver a vivir. Si el duelo no se hace, puede terminar saliendo por otro lado. Todo el mundo se merece volver a vivir después de algo tan traumático. La garantía está en hacer un duelo saludable y luego aprender a vivir con lo que ha pasado. También es muy importante que sienta, que lo viva, que viva todas las emociones, que las digiera como pueda: con ayuda profesional, acompañamiento. Lo que venga mejor.
–¿Cómo ayudar a una mujer en duelo?
–Primero hay que saber que no es algo fácil porque somos una sociedad que huye del dolor. Cuando alguien sufre lo primero que nos sale es decirle: bueno, tranquila, no llores. Pero hay que tener en cuenta que el dolor hay que atravesarlo para poder sanar y que nos deja respirar otra vez.
Hay algo muy terrible que una persona en duelo vive sí o sí, que se llama la soledad del duelo. Esto ocurre cuando la vida sigue, pero tú te quedas anclada en tu dolor. La vida sigue igual para todo el mundo, menos para ti. Entonces ahí ves que el dolor es tuyo, que lo tienes que atravesar tú sola.
Ya han pasado seis años y seguimos hablando de su habitación, de la habitación de Uriel
En este sentido, el familiar o amigo que está al lado de la mamá afectada tiene varias formas de actuar. En primer lugar, puede decirle de quedar, caminar un rato, arreglarse para salir. También puedes ir a su casa y llevarle un pastel.
En el caso de que no quiera ver a nadie, que es lícito, puedes mandarle una pizza a casa o algo de comer. Lo importante es aportar gestos que en días así te hagan presente. Y por supuesto, llamarla, interesarte por ella. Si ella no quiere hablar, o no puede o no le apetece en ese momento, pues te lo dirá o no te cogerá el teléfono y cuando quiera te devolverá la llamada.
Las personas que acompañamos a alguien en duelo tenemos el poder de acompañar. A veces basta con decir: no sé qué decirte porque no sé qué te puede ayudar, pero solamente quiero que sepas que estoy a tu lado y que estoy para lo que necesites. Si quieres hablar, hablamos, que no quieres hablar, no hablamos, que podemos reír, llorar juntas y que por mi parte estoy dispuesta a mencionar y hablar de tu hijo o tu hija siempre que tú quieras.
A mí esto me pasó al día siguiente de salir del hospital. Les dije a mis padres que yo quería hablar de Uriel. Hacer esto me sanó. Ya han pasado seis años y seguimos hablando de su habitación, de la habitación de Uriel.