La polémica moda de la eutanasia en pareja: Jan sufría dolor crónico de espalda, Els tenía demencia
En 2023 hubo más de 9.000 eutanasias en Países Bajos, entre ellas las de 33 matromonios que se sometieron a este proceso
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Los datos de la eutanasia cada vez son más devastadores. En España, el último año, según las cifras ofrecidas por Derecho a Morir Dignamente (DMD) 750 personas solicitaron esta polémica ayuda en nuestro país, un 30 más que en 2022. De este total, 323 pudieron acogerse a la polémica norma que aprobó el Gobierno en 2021, año en el que miles de personas estaban muriendo por el coronavirus. A pesar de las cifras, ahora ha surgido una nueva y controvertida moda que abre una senda hacia la deshumanización final: morir en pareja.
Este tipo de eutanasia, aunque es desconocida, va en aumento en los territorios. Países Bajos es pionero en esta práctica. De hecho, los casos salieron a la luz después de que el pasado 5 de febrero Dries van Agt, ex primer ministro neerlandés, y Eugenie, su mujer, ambos de 93 años, decidiesen poner fin a su vida terrenal en pareja. Ahora, el escándalo ha surgido en el mismo país. Jan y Els una pareja de 70 y 71 años, ha decidido morir juntos.
Los dos pacientes no quisieron escuchar la palabra «cuidados paliativos». Lo único que querían era morir. Jan por un dolor de espalda crónico, Els por demencia. Sus médicos no estaban muy convencidos de la decisión que iban a tomar. Sin embargo, a pesar de querer salvarles la vida con alternativas, la pareja acudió a una clínica de eutanasia móvil. Allí acabaron con su vida.
Según la BBC, que se ha hecho eco de la noticia, esta pareja siempre ha estado en contacto con el mar. No por ser marineros, sino por vivir primero en una casa flotante y después comprarse un barco para comenzar a trabajar como transportistas de mercancías por los canales de Holanda. Su vida, según argumentan, fue maravillosa, pero en 1999 Jan comenzó a sufrir fuertes dolores de espalda por la dura labor que llevaba realizando años.
Las molestias continuaban y en 2003 decidió someterse a una operación. Tras ella dejó de trabajar, pero su mujer, Els, seguía ejerciendo como maestra, su gran pasión. Durante sus conversaciones diarias, apunta la BBC que se puso en contacto con un familiar, había un tema siempre sobre la mesa: la eutanasia. El padre de familia explicó a la misma que no quería vivir «demasiado tiempo con limitaciones». Por ello, se apuntaron a una organización de Países Bajos especializados en esta polémica práctica.
La justificación que dio en 2022, cuando su mujer ya llevaba dos años con demencia, no convenció a los facultativos: «Si tomas muchos medicamentos, vives como un zombi». Por ello, y «teniendo en cuenta el dolor y la enfermedad de mi mujer, creo que debemos detener esto», sentenció.
En 2023, último año del que se disponen de cifras oficiales, hubo más de 9.000 eutanasias en Países Bajos, entre ellas las de 33 parejas que se sometieron a este proceso. En 2021 fueron 32 parejas, y en 2020 otras 26. El porcentaje es pequeño pero va en aumento, según datos de los Comités Regionales de Revisión de la Eutanasia (RTE).