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La ministra de Igualdad, Ana Redondo

La ministra de Igualdad, Ana RedondoEuropa Press

El sistema VioGén evidencia su fracaso: varias de las mujeres asesinadas estaban incluidas en él

La fallecida este fin de semana en Buñol estaba incluida, así como la madre de Cuenca que, junto a sus dos hijos, murió a manos de su expareja hace dos semanas

Este sábado, otra mujer ha sido asesinada presuntamente a manos de su pareja. Ha ocurrido en el municipio valenciano de Buñol, donde una joven de 31 años ha muerto y su presunto asesino ha huido en coche y ha embestido un vehículo de la Guardia Civil, que le ha interceptado el paso en la salida de la autovía A-3 a Valencia, a la altura de la localidad de Chirivella.

La víctima, según fuentes cercanas a la investigación, se encontraba en el sistema VioGén de protección a las víctimas de violencia de género, por lo que había denuncias previas contra el detenido, pero no se habían decretado medidas judiciales. El hombre, según las mismas fuentes, habría llamado a su exmujer para informarle de que había cometido el crimen y fue esta quien alertó a la Guardia Civil del suceso.

Este solo es uno más de los casos similares este año. Hace tan solo dos semanas, otra de las mujeres asesinadas, en este caso en la localidad castellano-manchega de Cuenca, también estaba incluida dentro de este sistema, suceso en el que además su expareja se llevó por delante la vida de sus dos hijos, de 8 y 3 años, a los que mató y encajó en un baúl. Por tanto, ¿es realmente efectivo? A la vista está que no. Sin embargo, el Gobierno sale en su defensa.

Tanto la ministra de Igualdad, Ana Redondo, como el de Interior, Fernando Grande-Marlaska, reivindicaron que el sistema Viogén «funciona y protege a 40.000 mujeres». Marlaska defendió que este sistema «es pionero, único en el mundo, y realiza una protección integral», aunque ambos ministros reconocieron que sentían «frustración, pero no desánimo» por los asesinatos de violencia de género y de violencia vicaria que se continúan produciendo.

Igualmente, manifestaron que a pesar de la bondad del sistema hay que «mejorarlo para acabar con el terrorismo machista», «tiene que ser más efectivo», proclamó Redondo. «El sistema no es infalible pero salva vidas», concluyó Marlaska.

En cualquier caso, tras los asesinatos de hace dos semanas en los que morían una mujer de 76 años en Fuengirola (Málaga) y de una mujer de 49 años y su hija de 20 en el municipio granadino de Zafarraya, Igualdad reconoció un «problema» de coordinación en la lucha contra la violencia machista.

En qué consiste el sistema VioGén

Esta herramienta que se pone ahora en cuestión lleva en funcionamiento desde el año 2007 y su tarea es poner en coordinación a diferentes instituciones públicas para mejorar la atención y protección de las víctimas.

Este proceso comienza con una denuncia, tanto de la propia víctima como de alguien de su entorno, o con un atestado policial. El segundo paso implica responder una serie de preguntas sobre las agresiones sufridas, la situación de la víctima y de sus hijos, si los tiene, el perfil del agresor y cualquier agravante de vulnerabilidad presente en el caso, como la dependencia económica de la pareja o expareja. El objetivo es detectar el riesgo de reincidencia del maltratador y el riesgo de homicidio. Con todos los datos recopilados, los profesionales establecen un nivel de riesgo, el cual siempre puede aumentar, pero nunca disminuir.

VioGén clasifica el riesgo en cinco niveles: extremo, alto, medio, bajo y no apreciado. Cada nivel conlleva una serie de medidas de protección. En los casos de menor amenaza, los agentes proporcionan a la víctima información sobre los recursos judiciales y sociales disponibles, junto con recomendaciones de autoprotección. Además, se le facilitan números de teléfono de contacto 24 horas con las fuerzas de seguridad asignadas a su caso. En niveles de riesgo más elevados, la víctima puede ser trasladada a un centro de acogida y se realizarán controles periódicos en su domicilio y lugar de trabajo, así como en el centro escolar de sus hijos menores, si los tiene. El agresor, por su parte, llevará un dispositivo telemático de control y deberá cumplir con las medidas judiciales impuestas.

En los casos de mayor riesgo, se trasladará a la víctima a otro domicilio si el agresor no está localizado. Además, se realizarán controles frecuentes y aleatorios en su residencia y lugar de trabajo. Se implementará un seguimiento de los movimientos del agresor y sus contactos con personas cercanas. En situaciones extremas, se llevará a cabo un control intensivo del agresor hasta que deje de ser una amenaza inminente para la seguridad de la víctima.

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