Muere Santiago Rey Fernández-Latorre, editor de La Voz de Galicia

Santiago Rey Fernández-Latorre, propietario y presidente del periódico La Voz de Galicia, ha muerto este miércoles a los 85 años en su ciudad natal, La Coruña. El fallecimiento se produjo por complicaciones en una operación quirúrgica que no se presumía de gravedad. Rey presidía desde 1988 el periódico líder de audiencia en Galicia, cuando sucedió a su fallecido hermano Emilio. En su etapa logró que La Voz se convirtiese en uno de los grandes diarios españoles.

Santiago Rey era uno de los últimos editores clásicos de las empresas familiares de la prensa española. A lo largo de su larga carrera, en la que mostró una firme vocación periodística, hacía siempre hincapié en tres puntos: su condición de editor, su compromiso con La Voz y su defensa de los intereses de Galicia. Deja a su periódico como la cuarta cabecera que más vende en España en prensa impresa, según datos del estudio de Deloitte para AMI, la asociación de editores. En el mercado digital, La Voz ocupa el puesto 14 en el ránking de audiencia del medidor de referencia, GFK. La compañía es también propietaria de La Voz de Asturias y de una productora de televisión.

La Voz de Galicia fue fundada en 1882 por Juan Fernández Latorre, abuelo del fallecido. Santiago Rey estudió Derecho y se convirtió en gerente del periódico en 1963, en un momento en que el accionariado estaba repartido entre varios miembros de su familia. Rey fue ascendiendo en el escalafón de la empresa y se convirtió en su consejero delegado y más tarde en presidente en 1988, tras la muerte de su hermano Emilio. Posteriormente consiguió el control total del accionariado y se hizo propietario único de La Voz.

A finales del siglo XX, La Voz intentó convertirse en una compañía de ámbito nacional, al estilo de la expansión llevada a cabo por otras cabeceras regionales, y llegó a hacerse con Diario 16 y Diario de León. En esa etapa de los años 90, Santiago Rey se apartó del día a día de la compañía para dejarla en manos de su hijo Emilio, con su otro vástago, Santiago, como simbólico vicepresidente. El veterano editor no compartió la línea empresarial de sus hijos y en 2001 volvió a la primera línea y los apartó de la compañía, abonándoles una onerosa compensación. Comenzó así un amargo cisma familiar sin que se llegase a producir una reconciliación entre ambas partes. Según los planes que diseñó en vida Santiago Rey, se había sopesado que la empresa editorial podría ser heredada y dirigida por la fundación que lleva su nombre, pero ese extremo no está cerrado todavía.

Santiago Rey formó parte del equipo fundador de la asociación de editores AEDE y presidió en su momento la agencia de noticias Colpisa. Ha sido distinguido como hijo adoptivo y predilecto por varias localidades gallegas, incluida su ciudad natal, La Coruña, donde da nombre a una calle. También ha recibido la gran cruz de Isabel la Católica y la del Mérito Civil.