Grecia pone coto a la avalancha de turistas y anuncia un impuesto a los cruceros

La turistificación es ya un problema grave en muchas zonas del mundo. La facilidad para viajar y los bajos costes de muchos vuelos han propiciado que personas de todos los estratos sociales decidan salir a conocer mundo.

Sin embargo, algunas zonas del planeta están ya masificadas de turistas, de manera que las personas que residen en esos lugares de forma continuada están hartas de las molestias que les causan los visitantes.

Es el caso de Grecia, donde el pasado año pasaron 33 millones de turistas, gran parte de ellos a bordo de cruceros. El primer ministro Kiriakos Mitsotakis ya anunció que se iban a tomar una serie de medidas para reducir el impacto negativo de esta afluencia de visitantes, y parece ser que una de ellas no está exenta de polémica.

Según The New York Times, entre el paquete de regulaciones se encontraría un significativo aumento en las tarifas de atraque de cruceros, así como un límite diario para la llegada de estos barcos a las islas más populares, como son Mykonos y Santorini.

Esta cuota iría de los 33 céntimos en Santorini durante la temporada baja hasta los 20 euros durante el verano. Las ganancias, según se explica, se destinarán a mejorar los recursos locales y aliviar esa saturación de la que se quejan los residentes.

En una rueda de prensa, Mitsotakis aseguró este domingo que el turismo excesivo es un problema solo en unos pocos destinos. «Grecia no tiene un problema estructural de masificación... Algunos de sus destinos tienen un problema significativo durante ciertas semanas o meses del año, que debemos abordar», expresó.

Además, el gobierno heleno prevé aumentar el impuesto sobre los alquileres de corta duración y prohibir nuevas licencias para este tipo de alquileres en el centro de Atenas y elevar así el parque de viviendas para los residentes de la capital.

Todo esto ocurre para dar respuesta a las quejas surgidas en varios destinos turísticos del país. Un concejal de Santorini, Panos Kavalaris, publicó a finales de julio en su perfil de Facebook un polémico mensaje: «Emergencia. ¡Otro día difícil para nuestra ciudad y la isla con la llegada de 17.000 visitantes de cruceros! ¡Pedimos vuestra atención y la reducción de nuestros desplazamientos lo máximo posible!».

En el post recomendaba a los habitantes de Santorini confinarse ante la llegada de miles de turistas, pero tras las críticas tuvo que verse forzado a eliminarlo. Lo cierto es que después de la pandemia del coronavirus las visitas a la isla se han disparado, recibiendo cada año más de 5,5 millones de turistas y más de 800 cruceros.