Investigadores españoles proponen un tratamiento para la metástasis cerebral basado en la inmunoterapia
El grupo del CNIO ha identificado una molécula clave en el proceso, llamada TIMP1
Los tratamientos innovadores contra el cáncer siguen avanzando. El último en salir a la luz ha sido uno creado por los investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) los cuales han descubierto que un fármaco llamado silibinina inhibe las proteínas que trabajan a favor del tumor y podrá utilizarse para tratar la metástasis cerebral con inmunoterapia.
El trabajo, que se ha publicado en la revista Cancer Discovery, de la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer, propone, por tanto, un nuevo tratamiento para las metástasis cerebrales que no responden o responden mal a la inmunoterapia, y aportan un biomarcador para predecir en qué casos aplicarlo.
Manuel Valiente, jefe del grupo de Metástasis Cerebral del CNIO y director del estudio que ahora publica sus resultados, afirma que la metástasis cerebral plantea «un grave problema clínico», y es que, los pacientes con esta enfermedad no responden bien a la inmunoterapia o recaen por nuevas metástasis en el cerebro tras recibir el tratamiento.
Es decir, la inmunoterapia con anticuerpos bloqueantes no parece el sistema óptimo para la metástasis cerebral. Una posible causa es la existencia de la barrera hematoencefálica, una especie de membrana permeable que filtra la sangre que entra al cerebro para defenderlo de tóxicos. Pero esta barrera vascular también dificulta la entrada de los anticuerpos que se usan en inmunoterapia. Sin anticuerpos, la inmunoterapia no funciona.
Los astrocitos se ponen de parte del cáncer
El grupo del CNIO propone ahora una hipótesis muy innovadora para combatir este problema. «Hemos descubierto que un tipo de células cerebrales llamadas astrocitos actúan como inmuno-moduladores, es decir, interactúan con el sistema inmunitario en el cerebro, y en los casos de metástasis cerebral hacen un mal uso de esta función porque están influidos por el tumor», explica Neibla Priego, primera firmante del artículo.
Pervertidos por el cáncer, los astrocitos se ponen de parte de las células tumorales cuando hay metástasis cerebral. La interacción de los astrocitos con el sistema inmunitario, algo que debería ser un proceso normal de inmuno-modulación, se convierte en un mecanismo que alimenta el cáncer, porque los astrocitos dificultan el trabajo de las células defensivas y les impiden matar a las tumorales.
El grupo del CNIO ha identificado una molécula clave en el proceso, llamada TIMP1. «Los astrocitos pro-tumorales producen TIMP1, y esta proteína interviene en la inhabilitación de las células defensivas que deberían acabar con las células cancerígenas», señala Priego.
Una vez demostrado que esa molécula, TIMP1, actúa sobre las células del sistema inmunitario y las hace más ineficaces, el equipo del CNIO propone usarla como biomarcador, para detectar metástasis cerebrales afectadas por este mecanismo de inmunosupresión. «TIMP1 es un buen biomarcador, porque en los pacientes con metástasis cerebral se secreta en cantidades significativamente más altas en el líquido cefalorraquídeo», asegura Priego.
El grupo de Manuel Valiente propone una alternativa terapéutica que tiene a los astrocitos como diana: el uso combinado de inmunoterapia con inhibidores que impidan la producción de la molécula TIMP1. «Hay un fármaco llamado silibinina, que se ha utilizado ya en uso compasivo, que inhibe la producción de la molécula TIMP. Ya hay un ensayo clínico en marcha para probar su eficacia terapéutica en metástasis cerebral. Esperamos tener los resultados en 2025», señala Valiente.
El objetivo es combinar la inhibición de TIMP1 con la inmunoterapia tradicional, «lo que aumentaría la potencia de la estrategia terapéutica y facilitaría su incorporación a los protocolos clínicos», dice Valiente.