La ONG japonesa Nihon Hidankyo, ganadora del Nobel de la Paz por sus esfuerzos para lograr un mundo libre de armas nucleares
Se trata de un movimiento de base de supervivientes de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, también conocido como Hibakusha
El Comité Noruego del Nobel ha decidido otorgar el premio Nobel de la Paz 2024 a la organización japonesa Nihon Hidankyo por sus esfuerzos para lograr un mundo libre de armas nucleares y por demostrar con sus testimonios que las armas nucleares no deben volver a utilizarse nunca más.
Al conceder el Nobel de la Paz de este año a esta organización, el comité desea honrar a todos los supervivientes de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki en 1945 –también conocidos como hibakusha– que, «a pesar del sufrimiento físico y los dolorosos recuerdos, han decidido utilizar su costosa experiencia para cultivar la esperanza y el compromiso por la paz».
«Ellos nos ayudan a describir lo indescriptible, a pensar lo impensable y a comprender de algún modo el incomprensible dolor y sufrimiento causados por las armas nucleares», señaló el comité.
Con motivo de la concesión del Nobel de la Paz de este año, el Comité Noruego desea además reconocer «un hecho alentador» en medio de las tensiones geopolíticas actuales, el de que «ninguna arma nuclear ha sido utilizada en una guerra en casi 80 años».
«Los extraordinarios esfuerzos de Nihon Hidankyo y otros representantes de los hibakusha han contribuido en gran medida al establecimiento del tabú nuclear. Por ello, resulta alarmante que hoy en día este tabú contra el uso de armas nucleares se encuentre bajo presión», añadió el comité.
«Las potencias nucleares están modernizando y mejorando sus arsenales; nuevos países parecen estar preparándose para adquirir armas nucleares; y se amenaza con utilizar armas nucleares en guerras en curso. En este momento de la historia de la humanidad, merece la pena recordar qué son las armas nucleares: las armas más destructivas que el mundo haya visto jamás», enfatizó.
El próximo año se cumplirán 80 años desde que dos bombas atómicas estadounidenses mataron a unos 120.000 habitantes de Hiroshima y Nagasaki, recordaron en Oslo. Además, un número comparable murió por quemaduras y lesiones causadas por la radiación en los meses y años siguientes.
El comité recalcó asimismo que «el destino de los que sobrevivieron a los infiernos de Hiroshima y Nagasaki se ocultó y desatendió durante mucho tiempo».
«Un día, los supervivientes de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki ya no estarán entre nosotros como testigos de la historia, pero con una sólida cultura del recuerdo y un compromiso continuo, las nuevas generaciones en Japón están manteniendo la experiencia y el mensaje de los testigos», apuntaló el comité.
«Están inspirando y educando a personas en todo el mundo. De este modo, contribuyen a mantener el tabú nuclear, condición indispensable para un futuro pacífico para la humanidad», sostuvo además.
En 1956, las asociaciones locales de hibakusha, junto con las víctimas de las pruebas de armas nucleares en el Pacífico, formaron la Confederación Japonesa de Organizaciones de Afectados por las Bombas A y H. Este nombre se acortó en japonés a Nihon Hidankyo y se convertiría en la mayor y más influyente organización de hibakusha de Japón.