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Algunos de los españoles que perdieron la vida en 2024 mientras disfrutaban de sus vacaciones

Algunos de los españoles que perdieron la vida en los últimos meses mientras disfrutaban de sus vacacionesRedes sociales

La muerte de una vallisoletana en Tailandia culmina un año negro para el turismo español en el extranjero

En 2024, al menos una docena de españoles perdieron la vida fuera de nuestras fronteras mientras disfrutaban de sus vacaciones

España sigue de luto por la muerte de Blanca Ojanguren, una vallisoletana de tan solo 22 años que falleció el pasado viernes tras ser atacada por un elefante. La joven se encontraba dando un baño al animal en un centro situado en la isla de Yao Yai —en el sureste del país— cuando este le clavó un colmillo, causándole posteriormente la muerte. El fallecimiento de la joven española como consecuencia del ataque del animal supone la primera muerte de una española fuera de nuestras fronteras en este año. Esto se suma a un 2024 donde al menos doce españoles perdieron la vida mientras disfrutaban de sus vacaciones.

En julio de 2024, Carlos Luna, un zaragozano de 43 años, falleció tras ser pisoteado por un elefante en Sudáfrica. Este vecino de Ejea de los Caballeros se encontraba participando en un safari fotográfico en el Parque Nacional de Pilanesberg —a algo más de 160 kilómetros de Pretoria— cuando tuvo lugar el triste desenlace. Carlos, que se encontraba con su pareja, decidió salir del vehículo para fotografiar a varias crías de elefante que había en la zona. Esto provocó que la manada, al sentirse amenazada, corriera en estampida, pisoteando al español y provocándole su muerte.

La imprudencia de viajar a países poco recomendados

«Se recomienda no viajar bajo ninguna circunstancia a Afganistán». Este aviso del Ministerio de Asuntos Exteriores de España cobraba más fuerza que nunca desde el pasado 17 de mayo de 2024. Aquel día se produjo un atentado terrorista –reivindicado posteriormente por el Estado Islámico– contra turistas en la ciudad de Bamiyán. Como resultado de aquel ataque, cuatro españoles perdieron la vida, motivo por el que la Embajada de España en Afganistán cerró la atención al público, suspendiendo sus actividades en el país hasta que las condiciones de seguridad permitan su reapertura. En aquel ataque, tres de los españoles murieron de manera inmediata, mientras que Araceli Tamayo, la bilbaína de 82 años que resultó herida en el tiroteo, acabó falleciendo el 31 de julio tras permanecer dos meses hospitalizada en el Hospital de Basurto.

Pocos días después, en agosto, dos turistas españolas perdieron la vida tras caer por un cráter en Tanzania. Este accidente se produjo en una zona de conservación de Ngorongoro, situado en el norte del país. Según medios del País Vasco, el conductor que llevaba el vehículo no tenía experiencia suficiente para recorrer los peligrosos caminos de montaña que formaban parte del parque natural. Esto propició que el coche cayera desde más de 600 metros, acabando con la vida de las dos mujeres.

Ese mismo mes, una joven de tan solo 21 años falleció en Portugal como consecuencia de un deslizamiento de tierras en Madeira. La joven, que fue a la isla junto a sus padres, perdió la vida cuando el grupo se disponía a acabar un camino situado en el municipio de Santana, en el norte de la isla. Sus padres resultaron heridos, aunque de manera leve.

La irresponsabilidad de los turistas en zonas peligrosas volvió a cobrarse dos vidas más al final del verano. Los cuerpos de Eric Soler y Mercè Molas, una pareja procedente de Cataluña, fueron encontrados a finales de agosto en la región del Annapurna, en Nepal. Los dos turistas, de 36 y 31 años respectivamente, eran considerados unos amantes de los destinos exóticos, por lo que en esta ocasión decidieron hacer 'trekking' en una de las zonas más peligrosas del país. Según declararon las autoridades del país, los dos excursionistas se habrían aventurado ellos solos por un antiguo sendero sin avisar. Una temeridad, más teniendo en cuenta que era temporada de monzones. La Policía de Nepal sigue considerando como principal hipótesis que el trágico suceso tuvo lugar cuando la pareja cayó por una zona resbaladiza –pegada a una cascada– al intentar hacerse una fotografía.

A inicios del siguiente mes, Marruecos confirmó el fallecimiento de una turista española, que fue arrastrado por las aguas del Wadi Tamerzit, cuyo cauce experimentó un crecimiento inusual por las fuertes lluvias que azotaron la zona a principios de septiembre. Estas inundaciones dejaron un total de 18 fallecidos.

Por su parte, en noviembre de 2024 un hombre de 74 años perdió la vida en la región de la Patagonia argentina tras sufrir un paro cardiaco. El español se encontraba de vacaciones junto a su esposa en el Cerro Campanario, en Bariloche. Ambos visitaron la cumbre y al descender el hombre sufrió un infarto ante el que los equipos de emergencia no pudieron hacer nada.

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