
Varias personas durante una concentración, frente a la sede central de Muface
Así queda el 'culebrón' de Muface después de la vuelta de Adeslas
Más de millón y medio de funcionarios y sus familias llevan meses en vilo en relación al futuro de su asistencia sanitaria. Aquellos servidores públicos que se encuentran bajo el paraguas de Muface –docentes, policías, empleados de Correos y el resto de personal de la Administración central– cuentan con la opción de percibir sus servicios sanitarios a través de las aseguradoras adheridas, un sistema vigente desde 1975.
Tras quedar la primera licitación desierta, el Ministerio de Función Pública, encabezado por Óscar López, aumentó las primas, pero tampoco fue suficiente para Adeslas y DKV, dos de las aseguradoras que prestan servicio en estos momentos, que decidieron abandonar el modelo. Asisa, que nunca se ha levantado de la mesa de negociaciones, sí que estaba interesada, pero siempre ha insistido en la imposibilidad de asumir ella sola a todos los mutualistas.
El cambio se produjo hace tan solo unas semanas, cuando el Gobierno modificó las condiciones de la segunda licitación –lo que viene a ser de facto una tercera– incrementando un 41,2 % las primas al final del tercer año respecto al convenio actual. Asimismo, los pliegos incluyen una cláusula de «restablecimiento del equilibrio económico-financiero» para las aseguradoras. Esta compensación tendrá que ser solicitada por la aseguradora siempre que se produzca un «riesgo imprevisible» y se justifique por un cambio extraordinario en las circunstancias, por un aumento de la «onerosidad» de prestación de servicio y por la inexistencia de medios alternativos para paliar el desequilibrio.
Interés de varias aseguradoras
Esta modificación de las condiciones es el que ha provocado el cambio de parecer de las aseguradoras. Adeslas ya ha confirmado que permanecerá en Muface para los próximos tres años, lo que probablemente confirmará también en los próximos días la presencia de Asisa. Con estas dos compañías, el mantenimiento del modelo queda asegurado, al menos, para los próximos ejercicios, para alivio de los mutualistas.De hecho, varias seguradoras que hasta ahora no estaban en Muface se han mostrado interesadas en el nuevo concierto. Empresas como Mapfre y Axa están en estos momentos evaluando los pliegos publicados por el Gobierno, mientras que Sanitas, aunque revisará la documentación, duda que regrese a un sistema que abandonó hace años.
El presidente de Mapfre, Antonio Huertas, destacó hace unos días que sería «irresponsable» no analizar las nuevas condiciones antes de tomar una decisión, aunque dejó claro que la aseguradora no pondrá en riesgo la sostenibilidad de su negocio de salud. Por su parte, Axa ha confirmado a varios medios que está estudiando la posibilidad de participar en el concierto, reforzando así el interés del sector privado en este modelo. Sanitas, que abandonó Muface hace años por considerar que los costes superaban los ingresos, ha expresado su escepticismo sobre un posible retorno.
El presupuesto total asciende a 4.808,5 millones de euros, con un aumento del 41,2 % en la prima respecto al convenio anterior. Además, los nuevos pliegos incluyen una cláusula de compensación económica en caso de cambios extraordinarios en las condiciones del servicio.
Adeslas, Asisa y DKV seguirán hasta finales de marzo
Mientras todo esto se resuelve, se ha ampliado la prórroga de cobertura a los mutualistas, prevista en un principio para tres meses. Esta se ampliará previsiblemente hasta finales de marzo, ya que una vez finalizado el plazo para las presentaciones –el 4 de marzo– se iniciará un proceso de estudio de las ofertas que puede demorarse unas semanas.
De esta forma, Adeslas, Asisa y DKV, las compañías que hasta ahora prestaban este servicio sanitario, se verán obligadas a continuar con él al menos un mes más. Luego, es probable que al menos dos de ellas sigan en el concierto y sus usuarios no tengan que hacer nada, pero si DKV opta finalmente por no presentarse, sus asegurados deberán migrar a otra aseguradora.
Esto es lo que está ocurriendo en la licitación de Muface internacional, por ejemplo, donde solo se presentó una aseguradora: Nueva Mutua Sanitaria. En estos momentos, la mutualidad ha requerido datos a la compañía para subsanar varios puntos, por lo que el proceso se ha ido ralentizando y aún está pendiente de cierre.