
Niño enfermo
Las infecciones resistentes a antibióticos mataron a más de 3 millones de niños en 2022
Entre 2019 y 2021, el uso de antibióticos de vigilancia aumentó un 160 % en el Sudeste Asiático y un 126 % en África
Las infecciones resistentes a antibióticos acabaron con la vida de 3 millones de niños en 2022. Esta cifra, obtenida por un estudio histórico, subraya la urgente necesidad de estrategias regionales y globales para controlar la RAM pediátrica, en particular en zonas con alta incidencia, como el Sudeste Asiático y África.
La resistencia a los antimicrobianos (RAM) representa una amenaza crítica para los niños, quienes son altamente vulnerables a las infecciones. El acceso a nuevas formulaciones de antibióticos suele ser mucho más limitado para los niños debido a los retrasos en el desarrollo de productos.
Los datos del estudio revelaron que, solo en 2022, más de 752.000 niños en el Sudeste Asiático y 659.000 niños en África murieron por complicaciones asociadas a la RAM. Muchas de estas muertes se relacionaron con el uso de antibióticos de vigilancia (medicamentos con alto riesgo de resistencia) y antibióticos de reserva (tratamientos de último recurso para infecciones graves y multirresistentes).
Los antibióticos de vigilancia y reserva no están destinados al tratamiento de primera línea y su uso debe limitarse únicamente a quienes los necesitan para preservar su eficacia y reducir el desarrollo de resistencias.Entre 2019 y 2021, el uso de antibióticos de vigilancia aumentó un 160 % en el Sudeste Asiático y un 126 % en África. Durante el mismo período, el uso de antibióticos de reserva aumentó un 45 % en el Sudeste Asiático y un 125 % en África.
A nivel mundial, de las más de 3 millones de muertes infantiles, 2 millones se asociaron con el uso de antibióticos de vigilancia y reserva.
«Si bien el aumento en el uso de antibióticos de vigilancia y reserva puede ser necesario en respuesta al aumento simultáneo de infecciones farmacorresistentes, el drástico aumento en el uso de estos fármacos presenta varios riesgos graves a largo plazo», comentó el profesor Joseph Harwell, coautor del estudio. «Su uso creciente, especialmente sin una supervisión rigurosa, eleva el riesgo de resistencia y limita las futuras opciones de tratamiento. Si las bacterias desarrollan resistencia a estos antibióticos, habrá pocas alternativas, o ninguna, para tratar las infecciones multirresistentes a fármacos».
Diversos factores contribuyen a la gravedad de la RAM en países de ingresos bajos y medios, como la saturación de los hospitales, las malas condiciones sanitarias y las deficientes medidas de prevención de infecciones que facilitan la propagación de patógenos resistentes en los centros de salud y las comunidades.
El profesor Harwell añadió que las tasas de mortalidad, que «ya son alarmantemente altas», seguirán aumentando significativamente, sobre todo en« los países de ingresos bajos y medios», donde el acceso a tratamientos alternativos e intervenciones médicas avanzadas puede ser limitado. Así, concluyó que abordar este problema requiere «na acción urgente y coordinada tanto a nivel regional como mundial».