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Piel de gallina

Piel de gallinaFlickr-Marlen Mädiger

Logran crear por primera vez piel humana con capacidad para hacer crecer el cabello

Los investigadores también han identificado una especie de «receta molecular» que detalla cómo se construye la piel y se forman los folículos pilosos humanos

Un grupo de investigadores del Instituto Wellcome Sanger y la Universidad de Newcastle (Reino Unido) ha logrado un importante avance en la comprensión del desarrollo de la piel humana. El equipo ha elaborado el primer atlas celular y espacial de la piel en etapa prenatal, utilizando tecnologías avanzadas como la secuenciación de células individuales y la transcriptómica espacial. Este trabajo, publicado en la revista científica Nature, ofrece una visión sin precedentes de cómo se forma la piel humana y sus estructuras, como los folículos pilosos.

Los hallazgos podrían tener aplicaciones clave en medicina regenerativa, especialmente en el desarrollo de nuevos tratamientos para víctimas de quemaduras o personas con enfermedades cutáneas congénitas. Uno de los hitos más destacados del estudio fue la creación en laboratorio de un organoide de piel –un pequeño modelo de tejido– con la capacidad de generar cabello. Al compararlo con tejido cutáneo prenatal, los científicos encontraron similitudes sorprendentes, lo que refuerza su utilidad como modelo experimental.

Además, este avance forma parte del proyecto internacional Atlas de Células Humanas, que busca mapear todos los tipos celulares del cuerpo humano para revolucionar el conocimiento sobre la salud y la enfermedad. El estudio también arroja luz sobre cómo mutaciones genéticas específicas pueden derivar en trastornos de la piel desde etapas muy tempranas del desarrollo, como ocurre en afecciones ampollosas o con piel escamosa.

Gracias a este atlas, los investigadores también han identificado una especie de «receta molecular» que detalla cómo se construye la piel y se forman los folículos pilosos humanos. Para ello, analizaron células aisladas y otras en su contexto natural dentro del tejido, lo que permitió observar cómo cambian y se organizan a lo largo del tiempo y el espacio durante el desarrollo fetal.

Una de las revelaciones más impactantes del estudio fue el papel crucial que juegan los macrófagos –células inmunitarias– en el desarrollo de la piel. Al incorporar estos macrófagos en los organoides, el equipo observó una mejora notable en la formación de vasos sanguíneos, un proceso que no ocurría de forma tan efectiva en los modelos sin estas células. Las imágenes 3D mostraron cómo los macrófagos favorecen la vascularización, un hallazgo que podría aplicarse a otros modelos de tejidos artificiales.

También se comprobó que estos macrófagos tienen una función reparadora en la piel prenatal, permitiendo su regeneración sin dejar cicatrices. Este descubrimiento podría inspirar futuras terapias que reduzcan o eliminen las cicatrices tras intervenciones quirúrgicas o lesiones.

En palabras de Hudaa Gopee, coautora principal del estudio, «estamos entusiasmados de haber creado un modelo de organoide de piel capaz de generar pelo. Este avance nos permitió descubrir un nuevo papel de las células inmunitarias en la formación de vasos sanguíneos durante el desarrollo cutáneo, algo que podría mejorar otros modelos de organoides. Además, estos macrófagos parecen ser clave en la reparación sin cicatrices de la piel prenatal, un hallazgo con gran potencial clínico».

Este trabajo no solo abre nuevas puertas para el tratamiento de enfermedades de la piel, sino que también sienta las bases para replicar el desarrollo cutáneo en laboratorio con fines terapéuticos.

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