Una plaga de langostas, en una imagen de archivo
La «mayor nunca vista»
Una gigantesca plaga de langostas asola una comarca de Badajoz
Los agricultores lamentan la inoperancia del Ejecutivo regional para contener la propagación de estos insectos, que arrasan con toda plantación a su paso
Cólera e indignación en la comarca extremeña de La Serena (Badajoz). Una plaga de langostas –la mayor jamás vista, según aseguran los vecinos– se ha apoderado desde hace días de los cultivos de la zona y arrasa sin piedad toda clase de plantas y sembrados sin que los tratamientos aplicados para combatirla surtan apenas efecto.
La razón principal, explican los agricultores, estriba en la regulación que impera en la zona: al estar muy limitados los productos fitosanitarios, la única herramienta empleada por la Junta de Extremadura para controlar estas plagas, los cultivos quedan desprotegidos y a merced de estos insectos, ya que los tratamientos ecológicos que las fincas están obligadas a aplicar resultan inocuas.
Las llamadas langostas marroquíes, que se reproducen en las fincas afectadas y de ahí se extienden al resto, viven en estas fechas su etapa solitaria, en la que salen a comer todo lo que pueden. Al no haber aves suficientes para reducir su volumen, devoran los pastos de la comarca e impiden a los animales alimentarse de los mismos.
En total, ahora mismo son al menos tres los términos municipales afectados: Cabeza del Buey, Zarza Capilla y Peñalsordo, todos ellos en la comarca de La Serena y muy próximos a dos embalses, lo que favorece la propagación.
La Dirección General de Agricultura y Ganadería, a través del Servicio de Sanidad Vegetal de la Junta, tiene constancia de este problema y de hecho ha realizado tratamientos fitosanitarios en esta primavera. Sin embargo, no han sido suficientes para frenar la plaga, lo que ha suscitado dudas sobre la efectividad del producto escogido por los técnicos para controlarla.
La comarca extremeña de La Serena es una de las pocas áreas donde las langostas habitan durante todo el año y, al tratarse de una zona ZEPA (Zonas de Especial Protección para las Aves), son necesarias para que las aves que viven allí se alimenten. Además de los problemas agropecuarios, los insectos también genera problemas de seguridad vial al invadir ciertos tramos de carreteras aledañas y ocasionar problemas de visibilidad a los conductores.
