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Greenpeace ha arrojado 18 rocas al mar para impedir la pesca de arrastre

Greenpeace ha arrojado 18 rocas al mar para impedir la pesca de arrastreGreenpeace

Pesca

Greenpeace lanza rocas gigantes en una zona donde faenan pescadores gallegos

La organización ecologista radical ha arrojado hasta 18 grandes piedras cerca de la costa de Cornualles, un área donde operan pesqueros españoles

La organización ecologista radical Greenpeace ha publicado, en sus medios oficiales, que ha lanzado rocas gigantes –hasta un total de 18 piedras–a un área marina situada en la zona del canal occidental y el mar Céltico, a unos 190 kilómetros de la costa de Cornualles. Se trata de un caladero en el que faenan pesqueros gallegos, popularmente conocido como 'Gran Sol'.

¿El motivo? Greenpeace asegura que sembrar de rocas los fondos marinos «es una fórmula eficaz» para «proteger los hábitats sensibles». En román paladino, las piedras, de gran tamaño, pues acaban conformando una barrera, impiden que operen allí los arrastreros de fondo. La gran perjudicada es la «pesca industrial», a la que señalan como agresiva con las áreas marinas delicadas.

«Fórmula efectiva»

Las 18 piedras de gran tamaño arrojadas han conseguido formar una barrera en South West Deeps, un área marina que cubre un área de 4.676 kilómetros cuadrados.

«Es una fórmula muy efectiva de blindar de manera inmediata y segura algunas Áreas Marinas Protegidas contra los grandes buques arrastreros. De esta forma, sus redes no pueden arrastrar el lecho marino, arrasando con todo a su paso, ya que se quedarían enganchadas en estas enormes piedras», aseguran los ecologistas en su web.

Greenpeace opina que esta técnica protege las áreas marinas

Greenpeace opina que esta técnica protege las áreas marinasGreenpeace

En esa área, «solo en los últimos 18 meses, los barcos de pesca industrial han pasado cerca de 19.000 horas» faenando allí. Entre ellos estarían 33 de bandera española, además de 58 de pabellón francés, diez británicos, cuatro holandeses, dos irlandeses y tres de Portugal, Alemania y Dinamarca.

Greenpeace justifica la acción como un «último recurso» para presionar al Gobierno británico, al que exigen que reaccione: «Preferiríamos que el Ejecutivo hubiera hecho su trabajo para proteger los océanos y no que tuviéramos que hacerlo nosotros».

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