Ley de Bienestar Animal
María Luisa Fernández: «Con la ley animalista es más fácil eutanasiar a una persona que a un animal»
La consejera del Consejo General de Veterinarios de España critica la exclusión del criterio técnico de estos profesionales en la toma de decisiones en cuestiones tan importantes como la eutanasia
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La ciencia y el mundo rural, unidos contra la tramitación de la Ley Animalista, que ha sido tachada por diferentes profesionales como «arbitraria, ambigüa y confusa».
En un desayuno informativo celebrado este martes en Madrid, y organizado por la Fundación Artemisan, diversos científicos, veterinarios, ingenieros de montes o agrónomos han mostrado su oposición a la tramitación de la norma por «ideológica», al aventurar que provocará nefastas consecuencias tanto para los dueños de las mascotas como para el mundo rural e incluso para los propios animales que supuestamente dicen proteger.
Eutanasia, más complicada en animales
Entre ellos se encontraba la consejera del Consejo General de Veterinarios de España, María Luisa Fernández, que ha lamentado la exclusión de los veterinarios de los órganos responsables de aplicar la nueva ley.
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Fernández ha recordado que el texto «no permite» el sacrificio de animales «si existen tratamientos paliativos». Ante esta tesitura, y a posterior pregunta de El Debate, ha reconocido que, con ella, habrá más trabas para eutanasiar a un animal que a una persona, tras la aprobación de otra ley polémica, la de la eutanasia.
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«Da la sensación de que es más fácil hacer la eutanasia a una persona que a un animal, tal y como está la normativa», ha añadido. Y ha resaltado las contradicciones del texto con el siguiente ejemplo: «Vamos a imaginar el caso de un perro con una cardiopatía rítmica que necesita un marcapasos. Ese marcapasos le cuesta al propietario dos mil o tres mil euros. Pero han eliminado el criterio técnico del veterinario con esta ley».
Como puede observarse, en el proyecto de Ley de protección, derechos y bienestar de los animales, queda expresamente prohibido el sacrificio de los animales de compañía, salvo algunos supuestos. Además, se prohíbe que en ese caso, sea llevado a cabo «en los centros de protección animal o en las clínicas veterinarias» por cuestiones como «vejez, enfermedad o lesión con posibilidad de tratamiento».