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Un cartel que prohíbe el baño en el pantano de Santa Fe seco, en el parque natural del Montseny, Barcelona

Un cartel que prohíbe el baño en el pantano de Santa Fe seco, en el parque natural del Montseny, BarcelonaEuropa Press

El 42 % del territorio español está en emergencia o alerta por escasez de agua

La agricultura y la ganadería son las actividades más castigadas, y la reserva en los embalses se ha visto mermada en los últimos diez años

Este año hidrológico 2022-2023 está teniendo un carácter globalmente seco en el conjunto de España: el 14,6 % del territorio nacional está en emergencia por escasez de agua y el 27,4 %, en alerta, debido a que la precipitación media global se sitúa un 17,1 % por debajo del valor normal de referencia de los mismos meses del periodo de referencia 1991-2020.

Son las conclusiones del Informe sobre la Gestión de la Sequía en 2023 ofrecida este mes por los ministerios de Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). Como consecuencia de esta situación, la reserva en los embalses se ha visto mermada considerablemente en los últimos diez años.

Golpe para agricultores y ganaderos

Además de en la reserva hídrica, esta situación de escasez de agua golpea fuertemente a todos aquellos que se dedican a la agricultura y la ganadería, actividades esenciales para el correcto funcionamiento de nuestra sociedad. De esta forma, en la producción de cereales de otoño-invierno se estima una reducción en torno a un 40 % con respecto a la campaña de 2022, la producción de cebada se ha reducido en un 39 %, y la de trigo blando en un 36 %.

De igual manera, la superficie de maíz se ha reducido en un 20 % debido a la menor disponibilidad de agua para riego. Como consecuencia de estas bajas producciones, se estima que España deberá importar unos 20 millones de toneladas de cereales para satisfacer la demanda, tanto de consumo como de fabricación de piensos, lo que obligará a un importante esfuerzo logístico, según explican desde los ministerios. El descenso en los rendimientos de oleaginosas (girasol y colza) se estima en un 30 %. También se esperan producciones inferiores de leguminosas en grano, principalmente lentejas.

Tanto la falta de lluvias como las restricciones de agua para riego han afectado a los árboles y la producción de frutales, de forma que se han obtenido productos de menor calibre que perciben menores cotizaciones en el mercado e inciden negativamente en la rentabilidad de las explotaciones. El el caso de los cultivos hortícolas, muchos de ellos han sufrido una disminución acusada de su superficie sembrada. Desde el MAPA ponen un ejemplo clarificador: en Andalucía apenas se han sembrado 1.700 hectáreas de tomate, cuando lo habitual está en torno a las 6.600 hectáreas.

En la ganadería, la producción en extensivo es la más afectada por la sequía. Además de la escasa disponibilidad de pastos, también encarece las materias primas para alimentación animal, lo que ha incrementado los costes de producción.

Los viticultores temen pérdidas

La cosa no mejora mucho en el caso de la viticultura. Se espera que esta sea la cosecha de uva más corta y cara de la última década. Una vendimia que, en la mayoría de territorios, se ha tenido que adelantar debido a las condiciones climáticas y que además se ha visto afectada por las tormentas que han azotado buena parte de España y ahora por las altas temperaturas impropias para la época.

Todo ello hace prever, según los análisis del Miteco y el MAPA, que puede haber una caída de la producción del 15 por ciento, rondando los 35 millones de hectolitros frente a los 41 millones de la campaña pasada. Eso sin tener en cuanta las precipitaciones de las últimas semanas, muchas de ellas en forma de granizo, que habrán perjudicado aún más las cosechas.

Los embalses continúan en descenso

Entretanto, la reserva hídrica no deja de decrecer. Las precipitaciones en forma de tormenta como consecuencia de las DANA que han atravesado España en las últimas semanas no han surtido efecto y los embalses continúan secándose.

Los embalses guardan en estos momentos 20.482 hectómetros cúbicos, por lo que están al 36,5 por ciento de su capacidad total. Según los datos históricos que el Miteco acumula desde 1990, esta es la cuarta cifra más baja en los embalses en la semana 39 del año por detrás de 1993, 1995 y 2022.

A pesar de las lluvias, esta semana los embalses han perdido 141 litros por metro cuadrado, lo que representa un 0,3 por ciento de la capacidad total y en términos globales la mayor parte de las cuencas hidrográficas están por debajo de la mitad de su capacidad. La reserva hidráulica cuenta en este momento con un 25,60 por ciento menos agua embalsada que la media de los últimos 10 años aunque albergan un 10,80 por ciento más agua que en las mismas fechas del año pasado.

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