Termina El Niño, pero llega La Niña: así afectará al tiempo del mundo y de España
El mundo lleva ya 11 meses bajo la influencia del fenómeno El Niño, que se caracteriza por un calentamiento inusual de las aguas del Pacifico ecuatorial. Un nombre que ya no es extraño a casi nadie y que surgió cuando los pescadores de Hispanoamérica observaron la aparición de corrientes de agua anormalmente cálidas cerca de sus costas en torno a la fecha de Navidad, motivo por el que lo bautizaron así, en honor al Niño Jesús.
El fenómeno de El Niño debe entenderse, tal y como explican desde Eltiempo.es, como una interacción entre el océano y la atmósfera: la corriente de El Niño representa el componente oceánico y la Oscilación del Sur, el componente atmosférico. La alternancia entre los fenómenos climáticos de El Niño y La Niña constituye la principal fuente de variabilidad climática anual a nivel global. Este proceso a gran escala genera fluctuaciones en la temperatura de las regiones central y oriental del Pacífico ecuatorial, lo que a su vez desencadena importantes cambios en la atmósfera y sus dinámicas a nivel mundial.
Y es que la relación entre la temperatura de los océanos y la circulación atmosférica es realmente estrecha: durante El Niño, la temperatura de la superficie de las aguas se dispara como consecuencia de la ausencia de vientos alisios, mientras que con La Niña los vientos se intensifican de este a oeste y, por ende, la superficie del océano se enfría.
En estos momentos, todo parece indicar que El Niño está llegando a su fin, pero dará paso a La Niña, es decir, a las variaciones negativas de temperatura en la superficie del mar en el Pacífico Tropical. Lo hace tras meses en los que el primer fenómeno ha sido el responsable de temperaturas récord, sequías y eventos meteorológicos extremos.
Según apuntan los expertos, La Niña tomará el relevo de El Niño a partir del mes de julio y su duración será corta y tendrá unos efectos leves en comparación con su predecesor. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ya anunció el pasado mes de marzo que El Niño perdía fuerza, pero sus efectos persistían. Asimismo, aseguró que existe una probabilidad del 60 % de que el El Niño persista durante los meses de marzo a mayo, y un 80 % de que se instauren condiciones neutras –lo que quiere decir que no son características de un episodio de El Niño ni de La Niña– de abril a junio y la formación de La Niña más avanzado el año.
A pesar de que se espera que su paso sea corto, no por ello debe preocupar menos. Este fenómeno provocará cambios en la circulación atmosférica que tenderá a generar una época de huracanes más activa en el Atlántico al reducir la cizalladura vertical del tiempo, algo que facilita el crecimiento de las grandes nubes de desarrollo vertical que dan lugar a los huracanes. Igualmente, podría hacer que las temperaturas globales desciendan con respecto a 2023, aunque en el conjunto del año se espera que 2024 marque récords en cuanto a calidez.
Cómo afectará a España
Tal y como explican los expertos de Meteored, aunque España esté lejos del océano Pacífico, este tipo de fenómenos puede tener un impacto indirecto en el clima debido a la «teleconexión atmosférica». Por tanto, con la influencia de La Niña España tendría un tiempo seco y estable entre septiembre y noviembre, excepto en la fachada mediterránea y noreste, donde las DANA podrían provocar un invierno más frío de lo normal y ligeramente más húmedo.
Si esto es así, esto podría venir bien para aliviar la sequía existente en zonas como Cataluña y el resto de Levante, mientras que un clima seco en los meses de otoño podría terminar de rematar la crítica situación de los embalses en zonas como Andalucía. No obstante, al no afectarnos de manera directa no existe un consenso sobre cuáles son las consecuencias en nuestro país de estos fenómenos.