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amianto

Un operario retira parte del techo protegido por la existencia de amianto en una empresaEFE

Los peligros para la salud del amianto, el material que aún se encuentra presente en muchas casas españolas

Las fibras de asbesto se desprenden y se mantienen en el aire, por lo que al respirarlas puede causar, entre otras enfermedades, cáncer de pulmón o silicosis

Se trata de un material muy habitual en la construcción y muy presente en las edificaciones españolas. El fibrocemento aún se observa en miles de tejados de nuestro país, un elemento compuesto por un aglomerante reforzado con fibras orgánicas, minerales y/o fibras inorgánicas sintéticas. Originalmente estas fibras de refuerzo eran de amianto –también llamado asbesto–, pero fue sustituido al demostrar que esta sustancia tenía efectos cancerígenos para la salud.

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) declaró cancerígeno el amianto en 1976, pero su uso continuó durante varios años, hasta los 90. Es por ello que numerosas construcciones aún conservan este material, por lo que muchas personas continúan expuestas a su toxicidad y podrían presentar efectos adversos en su salud.

El asbesto se utilizaba, además de para la formación de lo que se conoce como tejados de uralita, para el aislamiento de techos, paredes y tuberías. No obstante, este material no debería de ser peligroso a menos que se altere, ya que es cuando se desgasta o daña cuando suelta esas fibras dañinas para quien las inhale.

¿Cómo saber si hay amianto en mi casa?

Es importante recalcar que, en caso de sospechar que algún material de los que se encuentran en casa esté formado por amianto, no se manipule, porque se corre el riesgo de que se produzcan fisuras y se respiren sus peligrosas fibras. Sin embargo, sí que conviene hacer un estudio de algunos de los elementos del hogar para, en caso de creer que hay presencia de asbesto, avisar a unos profesionales que se ocupen de retirarlo.

El lugar más habitual en el que pueden aparecer restos de amianto es en los techos, ya que abunda en el uso de fibrocementos, especialmente en años anteriores a las décadas de los 80 y los 90. En caso de contar con algún techo viejo de uralita, será necesario analizarlo y, si finalmente contiene amianto, proceder a su reemplazo, ya que es con el paso del tiempo y de los efectos climáticos con los que se van deteriorando y soltando las fibras nocivas.

Las tuberías también pueden presentar restos de amianto, ya que se utilizaba este material para fabricar las que transportaban tanto agua como gas. Igualmente, se usaba como aislante en paredes, pisos y techos, aunque en estos casos podría no tener tanto riesgo para la salud al no estar en contacto directo. Las baldosas de vinilo también cuentan con amianto debido a que se utilizaba para hacerlas más resistentes al fuego.

Riesgos para la salud

Cuando se rompe el fibrocemento, se liberan diminutas partículas que contienen sílice, hierro u otros minerales que no se degradan con el tiempo. Estas fibras se comportan como cuchillas que pueden penetrar en las vías respiratorias o los pulmones de cualquier persona que manipule el amianto o esté expuesta a una estructura de fibrocemento deteriorada, incluso solo una vez.

Por ende, los principales efectos sobre la salud derivados de la exposición al asbesto son la asbestosis (fibrosis pulmonar), la silicosis, el cáncer de pulmón y el mesotelioma, habiéndose encontrado también asociación con otras neoplasias, como carcinomas gastrointestinales o de laringe. Asimismo, según apuntan desde el servicio sanitario de Castilla y León (Sacyl), existe sospecha, aunque no confirmada, de que el amianto puede producir otros tipos de cáncer, como los de riñón, ovario o mama.

IA para detectar el amiento en tejados

Un equipo de investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) ha querido poner solución a este problema diseñando y comprobando la eficacia de un nuevo sistema con inteligencia artificial (IA) de detección del amianto que no ha sido todavía retirado de las azoteas y los tejados. El programa aplica métodos de IA, aprendizaje profundo y visión artificial a partir de imágenes fotográficas aéreas de tipo RGB, el más habitual y económico, ha informado este jueves la universidad en un comunicado.

Este hecho, según los investigadores, supone un avance competitivo respecto a los intentos precedentes para crear un sistema similar, que se nutrían de imágenes multibanda, más complejas y difíciles de obtener. El investigador líder, Javier Borge Holthoefer, ha destacado que, a diferencia de los métodos que dependen de la imagen infrarroja o hiperespectral, «la decisión de entrenar la IA con imágenes RGB garantiza la versatilidad y aplicabilidad de la tecnología», ya que son de uso común en los servicios cartográficos.

Los investigadores entrenaron el sistema de aprendizaje profundo con miles de fotografías procedentes del Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya (ICGC) y enseñaron a la IA qué cubiertas contenían amianto y cuáles no. Se usaron 2.244 imágenes y el 80 % se destinaron a la formación y validación del sistema, mientras que el resto se reservaron para el test final. De esta forma, el programa es ahora capaz de establecer la presencia de este material en imágenes nuevas a partir de la valoración de diferentes patrones, como el color, la textura, la estructura de los tejados, más allá del entorno al que corresponden los edificios.

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