Los gusanos de fuego llegan a las playas de Texas
Los llamados gusanos de fuego (Hermodice carunculata), una especie de gusano poliqueto marino de la familia Amphinomidae, se han convertido en una de las especies invasoras que más atención y temor han preocupado en las costas del Mediterráneo por su rápida expansión. Los indeseados y dolorosos efectos que causa su contacto con la piel humana (edemas, picazón e incluso fiebre, entre otros), los han situado en el punto de mira. Pero la invasión no es exclusivamente europea, sino que también su presencia es también cada vez mayor al otro lado del Atlántico, concretamente en el litoral de Texas (EE.UU.).
«¡¡¡Advertencia!!! ¡Tus peores pesadillas están apareciendo ahora mismo en forma de gusanos de fuego! Durante los últimos días hemos encontrado algunos de estos poliquetos marinos arrastrados en troncos grandes. Los troncos en los que se encontraron tenían percebes por todas partes, que podrían haber sido de lo que se alimentaban los gusanos», escribió recientemente en una publicación en Facebook el Harte Research Institute for Gulf of Mexico Studies, una organización dedicada a la conservación y el uso sostenible del Golfo de México.
Aunque en EE.UU. los gusanos de fuego no se localizan exclusivamente en Texas, dos de cada tres avistamientos sí son en dicho estado.
Según Jace Tunnell, director de participación comunitaria y biólogo marino del Harte Research Institute, la presencia de gusanos de fuego no es habitual en las costas bañadas por el Golfo de México, pero en los últimos tiempos, probablemente por razones relacionadas con «cambios en las corrientes oceánicas, patrones climáticos y otros factores ambientales», han proliferado algo más. Por ello, los expertos alientan a los bañistas de todo el mundo a permanecer atentos. «Hay muchas cosas que pueden picarte en el océano, así que no conviene andar tocando», dijo Tunnell.
Los gusanos de fuego se alimentan comúnmente de percebes o crustáceos, y por eso se adhieren a cualquier superficie (como troncos flotantes que llegan a la costa, en este caso) en los que se encuentren.
Veneno
Al hacer contacto con ellos, estos poliquetos liberan una neurotoxina de sus diminutas cerdas blancas, que se rompen al tocarlas. Esto produce un ardor intenso en la zona afectada durante varias horas, y las secuelas, aunque menores, pueden alargarse durante semanas.
En caso de picadura, el Servicio de Parques Nacionales de EE.UU. recomienda utilizar cinta adhesiva para quitar las cerdas y amoníaco para ayudar a aliviar el dolor.
El H. caranculata mide normalmente entre cinco y diez centímetros de largo, pero puede llegar hasta los 35. Su hábitat natural son arrecifes de coral, áreas rocosas y praderas marinas.