El Mediterráneo se secó casi por completo hace seis millones de años y se volvió a llenar en solo unos meses
Este fenómeno ocurrió después de que se cortasen sus conexiones con otros mares y océanos y, en concreto, debido al cierre del estrecho de Gibraltar
La actual composición del planeta Tierra ha sufrido enormes cambios a lo largo de la historia, desde el movimiento de los continentes hasta el surgimiento de nuevos mares o ríos. Y nuestro país no iba a estar exento de esas variaciones naturales: el mar Mediterráneo, que baña las costas del sur y el este peninsular, prácticamente no existió durante un pequeño lapso de tiempo, de manera que se podía ir caminando desde Valencia a Mallorca.
En concreto, este evento, que se conoce como la Crisis Salina del Messiniense, ocurrió hace entre 5,96 y 5,33 millones de años, cuando el mar Mediterráneo disminuyó como consecuencia del corte con otros mares y océanos y el cierre de la conexión con el Mediterráneo por el estrecho de Gibraltar.
Este cierre, según explican desde el Instituto de Geociencias (IGEO) del CSIC y la Universidad Complutense de Madrid, se produjo como consecuencia de un levantamiento tectónico: una antigua zona de subducción terminó desprendiendo la placa en el manto, lo que provoca un efecto rebote y, por tanto, una elevación de la zona.
Al convertirse el mar en un lago endorreico, la salinidad aumentó y el nivel del mar cayó 1.000 metros y dejó una capa de más de un kilómetro de sal, algo que además, según un estudio publicado en Nature Geoscience, redujo la presión del agua sobre la litosfera y detonó la actividad volcánica mediterránea.
De esta manera, según apuntan desde Aquae Fundación, la cuenca mediterránea se convirtió en un desierto de sal estéril con algunos pequeños oasis alimentados por ríos situados cerca de lo que son las actuales desembocaduras del Nilo o del Ródano.
La casi desaparición del mar provocó las conexiones entre el norte de África y Europa, lo cual facilitó el intercambio biótico, pero también la extinción de animales. El IGEO explica, como curiosidad, que a las Islas Baleares llegaron algunos animales que posteriormente serían aislados y evolucionarían de forma diferente. Es el caso del Myotragus, un artiodáctilo parecido a una cabra, de muy pequeño tamaño, que se extinguió durante el tercer milenio antes de Cristo.
Se rellenó en apenas dos años
Fue hace 5,3 millones de años cuando la enorme diferencia de altura entre la cuenca atlántica a un lado del Estrecho y la mediterránea —desecada— al otro, facilitó que los procesos erosivos fueran capaces de abrir un canal entre ambas cuencas, generando una gran inundación, siendo esta la más brusca que ha conocido nunca la Tierra.
Esta enorme descarga llegó a ser mil veces superior al río Amazonas y llenó el Mediterráneo a un ritmo de hasta 10 metros diarios de subida del nivel del mar. Como consecuencia, un informe publicado por el CSIC en Nature calcula que la cuenca tardó en llenarse de nuevo entre unos meses y dos años.
«Más que parecerse a una enorme cascada debió consistir en un descenso más o menos gradual desde el Atlántico hasta el centro del Mar de Alborán, una especie de mega rápido por donde el agua circuló a cientos de kilómetros por hora. Como consecuencia, el canal erosivo que atraviesa el estrecho tiene unos 500 metros de profundidad y hasta ocho kilómetros de anchura, y se extiende a lo largo de unos 200 kilómetros entre el Golfo de Cádiz y el Mar de Alborán», explica Daniel García-Castellanos, unos de los responsables de la investigación del CSIC.