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La izquierda que critica la llegada de Musk a Twitter lo hace desde el altavoz que le otorga la misma red social

La izquierda que critica la llegada de Musk a Twitter lo hace desde el altavoz que le otorga la misma red socialLu Tolstova

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La izquierda hipócrita que necesita Twitter para criticar a Twitter

Los perfiles que han vivido tan protegidos los últimos años temen que la pluralidad llegue de la mano de Musk

La periodista Jenny Leonard se levantó y preguntó a Joe Biden, «¿Cree que Elon Musk es una amenaza para la seguridad nacional de EE.UU. y EE.UU. debería investigar su adquisición conjunta de Twitter con gobiernos extranjeros?». Una de esas preguntas con respuesta incluida.

La réplica de Biden fue, en este orden, un suspiro y unas risas de esas malignas dignas de un personaje de dibujos animados. Después, masticó muy bien sus palabras, hizo silencios y bajó la mirada mientras ponía a Elon Musk en el punto de mira por su compra de Twitter.

Así, con este gesto y la posterior respuesta, quién sabe si teatralizada por Biden y la periodista, la izquierda tuitera ha encontrado en el presidente de Estados Unidos un caudillo, un guía, un paladín de su cruzada contra la pluralidad que asegura Musk que llega a Twitter.

Despidos

Los primeros movimientos del magnate sudafricano han molestado a la izquierda. El que más, el despido de la «autoridad moral», Vijaya Gadde, la máxima responsable legal y de políticas. Ella fue la encargada de suspender la cuenta de Trump y de silenciar las miserias de la familia Biden para que no tuviesen visibilidad.

Después llegaron los despidos de personal porque la superpoblada plantilla era insostenible. Algo que molestó a los sindicatos españoles que osaron decirle a Musk que, si ponía en la calle a los 26 trabajadores, tal y como les comunicó en un correo, sería considerado «nulo» según Pepe Álvarez de UGT.

La comedia de la izquierda con todo lo que rodea a la llegada de Musk a Twitter empezó el día en el que el nuevo CEO publicó que «el pájaro es libre». Ese comentario molestó a todos aquellos perfiles que habían hecho apología de su pensamiento mientras disfrutaban viendo como se censuraba a todo lo que tuviese una mínima conexión con la derecha, Trump, antivacunas o cualquier otra vía que ellos consideran errática.

Los que se van

Muchos actores o deportistas de Estados Unidos clamaron contra la nueva política de Musk y escribieron con sangre en sus perfiles que se iban, pero todavía no han encontrado el botón que les cierre definitivamente la cuenta y ahí siguen.

Twitter nunca ha sancionado el feminismo radical, la ideología de género, el elogio al comunismo, los insultos a la Iglesia o, simplemente, que se amenace a quienes no comparten ciertas doctrinas.

Ya en 2020, la izquierda mediática española tenía que publicar que Twitter era de derechas con un estudio como base de sus acusaciones y que las cuentas de este pensamiento inundaban la red social. Mientras, en Estados Unidos, perfiles muy seguidos de medios de comunicación de derecha también eran suspendidos por supuestas violaciones electorales.

Rodillo ideológico

La capacidad que han tenido redes sociales como Twitter y Facebook de vetar una línea de pensamiento gracias al rodillo ideológico de la izquierda ha topado con Musk y sus intenciones con la red social del pájaro azul.

Hasta ahora todo es clamar en el desierto. Tampoco en España ha habido bajas relevantes de Twitter porque saben que es su altavoz.

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