Redes sociales
«Hay una cantidad ridícula de personas», la dura carta del creador de Oculus contra Zuckerberg
Uno de los padres de la realidad virtual se ha despedido de Meta destapando el ambiente que se vive en las oficinas de la red social
John Carmack es el gran gurú de la industria de los videojuegos. Es programador de títulos como Wolfenstein, Doom o Qake. En 2013 asumió el cargo de director de Tecnología en Oculus VR, la empresa que había comprado un año antes Facebook por 2.000 millones de dólares, para trabajar en modelos de gafas de realidad virtual.
Casi diez años después, Carmack deja la compañía para centrarse en Keen Technologies, su startup centrada en la inteligencia artificial y tras un durísimo post, precisamente en Facebook, en el que carga contra el funcionamiento interno de Meta.
Poca eficiencia
Las Quest 2 son la última creación de este ingeniero de Kansas que asegura en una publicación a la que han reaccionado más de 7.500 personas y ha recibido 400 comentarios, que el problema de Meta es la «eficiencia» y que «tenemos una cantidad ridícula de personas y recursos, pero constantemente nos autosaboteamos y desperdiciamos esfuerzos. No hay manera de endulzar esto; creo que nuestra organización está funcionando con la mitad de la efectividad que me haría feliz».
Carmack señala a Zuckerberg sin hablar directamente del máximo responsable de la empresa cuando dice que «tengo voz en los niveles más altos, así que siento que debería ser capaz de mover cosas, pero evidentemente no soy lo suficientemente persuasivo».
El post acaba con un «me cansé de pelear» y anima a seguir trabajando en la realidad virtual, aunque él ya no lo hará desde la filial de Meta.
La carta de John Carmack no hace más que ahondar en la profunda crisis que vive Meta desde que Zuckerberg intenta reconstruir la red social. Acusaciones de favorecer a anunciantes, de interferir en guerras y en procesos electorales, así como de traficar con los datos de sus seguidores han convertido a Facebook y al futuro de esta empresa en una incógnita.