Jos Avery sube a su Instagram retratos generados por inteligencia artificial
Un fotógrafo lleva meses engañando a sus seguidores en Instagram: son creadas por inteligencia artificial
Las personas que protagonizan sus retratos no existen y justifica su mentira alegando que todo comenzó como un experimento social
Más de 29.000 seguidores en Instagram y sigue en aumento. El fotógrafo Jos Avery ha atraído a miles de usuarios desde que en octubre de 2022 comenzó a publicar retratos individuales en blanco y negro. Detrás de cada clic hay una historia con una naturaleza edificante, tal y como se aprecia en las biografías detalladas que acompañan a cada imagen. Sin embargo, el trabajo de Avery tiene truco. En esos impresionantes retratos lo que aparecen son individuos generados por inteligencia artificial.
«Mi cuenta de Instagram ha aumentado más de lo que esperaba desde que publico retratos generados por IA y terminados por humanos. Probablemente, más del 95 % de mis seguidores no se dan cuenta, por eso me gustaría ser sincero», explica Jos Avery a quienes elogian sus habilidades fotográficas aparentemente magistrales.
Si bien Avery enfatiza que, aunque sus imágenes no son fotografías reales (excepto dos), aún requieren de una gran cantidad de trabajo y retoque para pasar como fotorrealistas.
Para crearlos, Jos Avery usa Midjourney, una herramienta de imágenes impulsada por IA. Luego combina y retoca las mejores imágenes usando Photoshop.
En un primer momento, Avery era un escéptico de la inteligencia artificial. «Mi objetivo inicial era engañar a la gente para mostrar la IA y luego escribir un artículo al respecto. Pero ahora se ha convertido en una salida artística y mi punto de vista ha cambiado», comenta.
Dentro del mundo del arte, trabajos como el de Avery no están exentos de polémica. Los más puristas no ven ningún mérito ya que no dejan de ser ilustraciones extraídas de los portafolios de otras personas. Es decir, Avery no está detrás de la cámara para captar ese instante. Lo hace otro.
De hecho, hasta hace muy poco, cuando se le preguntaba, Avery era un tanto parco en palabras a la hora de explicar cómo realizaba los retratos. O incluso le decía a la gente que sus obras eran fotografías reales, llegando incluso a describir qué tipo de cámara usó para crearlas. Pero, a medida que crecía su popularidad, también aumentaba la culpa.
