Las gafas de Zuckerberg y el derribo del metaverso

La semana tecnológica pasa por la presentación de Meta de sus nuevos productos y líneas de negocio. Zuckerberg lleva un par de años corriendo la cortina de humo para que no se vea el desastre de su red social que ha causado problemas por todo el mundo.

El mismo cambio de nombre ya fue una declaración de intenciones. Zuckerberg llamó Meta a Facebook para decirle al mundo que el futuro era el metaverso. Un espacio digital donde nos citaríamos todos sin salir de casa gracias a unas aparatosas gafas.

Han pasado dos años de aquello y el metaverso esta vacío. El eco del fracaso resuena porque la Inteligencia Artificial se ha hecho mayor y ha tomado el control de la sociedad. Ir al metaverso es complicado y caro, pero pedirle a la IA que te ayude a optimizar tu trabajo, te busque planes o te ayude con un trabajo académico es mucho más útil.

Quest3

Desde Meta siguen empeñados en sus gafas de realidad virtual y en la primera presentación postpandemia mostraron al mundo unas gafas Ray-Ban para grabar y subir videos a las redes sociales y las Quest3. Estas últimas llegan con más intención de no dejar escapar a las Vision Pro de Apple que con un verdadero valor.

Al final de todos estos negocios con los que Zuckerberg acabará por enterrar definitivamente Facebook se encuentra WhatsApp. Sin duda, el mejor negocio de la compañía y la mejor inversión de los últimos años. Solo iMessage y WeChat en China pueden plantar cara a esta red social de chat que no mejora ni de lejos a otra como Telegram, pero que ha conquistado a millones de personas en todo el mundo gracias, en parte, a sus conexiones con Facebook e Instagram.

La idea de Meta es que la IA llegue a sus productos para no perder ese barco al que se ha subido toda la industria. «Meta AI es tu asistente básico, le puedes hablar como a una persona. Creo que va a transformar la forma en que la gente usa nuestros productos», dijo Zuckerberg. Nada nuevo hasta el momento en el que aseguró que en un chat de WhatsApp un usuario le podría preguntar algo a la IA y recibir la respuesta en el momento. Incluso un Instagram podría poner un fondo paradisíaco en su nueva actualización con darle una orden a la IA.

Meta se acerca algo más al presente, aunque lo hace subiéndose a un carro que llevaba tiempo en marcha. Su gran apuesta es fabricar más gafas que alimenten sus redes sociales y olvidar el metaverso que, de momento, está cerrado por derribo.