Mark Zuckerberg ha donado un millón de euros a Donald Trump
El 'Me Gusta' de Zuckerberg a Trump: un millón de dólares para olvidarlo todo
La relación entre estas dos figuras ha estado marcada por el uso de Facebook como herramienta en las campañas de Trump hasta la decisión de suspender su cuenta tras el asalto al Capitolio
La relación entre Donald Trump y Mark Zuckerberg, fundador y director ejecutivo de Meta, ha estado marcada por un complicado juego de poder, intereses compartidos y tensiones. El final de esta historia ha acabado en la donación de Meta a Trump de un millón de dólares, pero por el camino las presiones han sido muy fuertes.
Ambos personajes han ocupado lugares destacados en la arena pública y han tenido un impacto importante en la política, la tecnología y la sociedad.
Durante la campaña presidencial de 2016, Trump y su equipo supieron aprovechar el alcance y las capacidades publicitarias de Facebook para llegar a votantes clave. Las herramientas de microtargeting y la publicidad personalizada ofrecieron a su campaña una ventaja estratégica sin precedentes.
Cambridge Analytica
En ese momento, Zuckerberg tuvo que hacer frente a duras críticas por la sensación de que Facebook había permitido la difusión de noticias falsas y la polarización política. Aunque la compañía negó haber tomado partido, la efectividad de las campañas digitales en Facebook resultó evidente.
Facebook se convirtió en un factor clave en el ascenso del expresidente
El escándalo de Cambridge Analytica en 2018 reveló cómo los datos de millones de usuarios de Facebook habían sido utilizados sin su consentimiento para influir en el electorado. Este hecho puso en alerta a las autoridades norteamericanas sobre el impacto de la plataforma en la democracia. Aunque Zuckerberg intentó distanciar a Facebook de cualquier implicación directa en los éxitos políticos de Trump, la plataforma se convirtió en un factor clave en el ascenso del expresidente.
Polarización
Durante la presidencia de Trump, quedó clara una relación de conveniencia entre el gobierno y las grandes tecnológicas. Trump, aunque crítico en ocasiones, parecía valorar el impacto de Facebook en la amplificación de su mensaje. Por otro lado, Zuckerberg intentó mantener una posición neutral mientras navegaba en un entorno político cada vez más polarizado.
Mark Zuckerberg y Tim Cook ya han hablado con Trump
En 2019, Zuckerberg fue criticado por mantener reuniones privadas con Trump y otros líderes conservadores. Estas reuniones levantaron sospechas sobre la influencia del expresidente en las decisiones de Facebook, particularmente en torno a su política de moderación de contenido. Algunos empleados y activistas de izquierda acusaron a Zuckerberg de ser demasiado permisivo con el discurso de Trump y acusando a Meta de mantener publicaciones que contenían desinformación o fomentaban la división.
Ataque al Capitolio
La relación alcanzó un punto crítico tras las elecciones presidenciales de 2020. Trump utilizó Facebook y otras redes sociales para cuestionar los resultados electorales y movilizar a sus seguidores. Aunque Facebook tomó medidas para etiquetar publicaciones como afirmaciones falsas, fue acusada de no actuar con suficiente rapidez para hacerlas desaparecer.
El 6 de enero de 2021, el asalto al Capitolio de los Estados Unidos marcó un antes y un después. Tras el incidente, Facebook suspendió la cuenta de Trump, alegando riesgos para la seguridad pública. Esta decisión fue vista como un movimiento decisivo de Zuckerberg, pero también como una respuesta que llegaba tarde tras años de permisividad. La suspensión fue posteriormente revisada por la Junta de Supervisión de Meta, que avaló la decisión de dejar a Trump fuera de la red social.
Trump acusó a Facebook de censura y sesgo contra los conservadores
La relación entre Trump y Zuckerberg muestra las complejas relaciones entre el poder político y las plataformas tecnológicas. Mientras Trump acusó a Facebook de censura y sesgo contra los conservadores, Zuckerberg tuvo que lidiar con las presiones de reguladores, activistas woke y empleados para adoptar una postura más firme contra una supuesta desinformación que no era más que mantener un altavoz neutral para la izquierda y la derecha.
A raíz de aquello, Trump lanzó su propia plataforma, Truth Social, mientras que Zuckerberg sigue manteniendo disputas con los reguladores para equilibrar la libertad de expresión con la responsabilidad social de sus plataformas.
El millón de euros que Zuckerberg ha donado al fondo inaugural de Trump es una declaración de intenciones y una ruptura con la ideología woke que estaba secuestrando a las redes sociales.
